Zenet. Músico

"La piratería le hace daño a alguien que vende un millón de discos"

  • El cantante malagueño afincado en Madrid presenta su nuevo trabajo, donde explora nuevos caminos sonoros (bossa nova, pop latino, folk) el miércoles a las 20:00 en el Centro Pompidou.

Sólo hay que darle al play al primer adelanto del nuevo trabajo de Zenet (Málaga, 1967), Fuiste tú, para darse cuenta del color latino con el que se ha pintado Si sucede, conviene. "Dejamos que la canción pida su sitio", explica el artista malagueño afincado en Madrid al otro lado del teléfono. Acompañado de un "convo cubano", el crooner andaluz de voz prodigiosa ha firmado un cuarto disco en el que explora nuevos caminos sonoros. Salsa, bossa nova, zambra (modernizada), tango. Zenet no se resiste y sigue su camino. Mañana hará una parada exclusiva en Málaga -a las 20:00- para presentar este nuevo cedé, donde el cantante no trabaja con varios estilos porque se estile el mestizaje. Lo hace porque así le nace.

-El disco arranca con dos baladas: Qué será, que podría encajar perfectamente en su anterior disco, y Mil veces prefiero, bañada en bossa nova. ¿Representan la cara y la cruz de su nuevo trabajo?

-Puede ser. No lo había pensado así. En cierto modo Qué será es una balada muy Zenet y Mil veces prefiero viene con un aire nuevo. Cuando componemos nos dejamos llevar y no filtramos. Nos damos cuenta de lo que hemos hecho después, al grabar en el estudio, que hay canciones con ese regusto muy zenetiano de las armonías que nos gusta cantar y tocar y luego hay otras que se han buscado el camino solas. Este es el caso de Mil veces prefiero, el segundo single que vamos a lanzar coincidiendo con el lanzamiento del disco.

-Describe el proceso de creación como si se tratara de un trabajo de alquimista. ¿Cuántas veces ha llegado a vestir una canción para quedar satisfecho?

-Jugamos mucho, como si fuéramos niños. Primero nos llega un primer esbozo con la letra de -Javier- Laguna y empezamos a juguetear con el sonido. Hay veces que ya sabemos gracias a la letra por donde tirar. Pensamos: "Vamos a meterle un vestido de bossa nova o de folk". La propia canción va eligiendo el vestido que mejor le queda. En este caso, en Mil veces prefiero, no me identificaba con ese tono naif. Esa canción es una declaración de principios un poco ingenua, en la que también se habla de esa sensación que tenemos de pequeños cuando veíamos las películas de vaqueros y nos identificábamos más con los indios. Poco a poco fue tomando una dulzura propia de la bossa nova.

-¿Pero algo muy leve, no? Quiero decir, no es algo que se identique al momento.

-Sí, sí. Como lo hacemos nosotros, que nos gusta tanto evocar. Cuando me dejé llevar por la canción y empecé a cantarla de esa manera tan suave le dije a -José- Taboada: "¿Es demasiado suavón, no?". Taboada me contestó: "No te preocupes. Sigue adelante porque estás cogiendo una tonalidad poco habitual y es muy tierna". La canción nos fue conquistando porque esa misma tonalidad expresaba lo que quería decir la letra.

-"Estamos ante textos donde abunda una poesía de la felicidad que reconforta", reza la nota de prensa. ¿Representa este cedé el momento vital que está viviendo?

-Sí. Es evidente que Laguna, como nos conocemos mucho, va viviendo muy de cerca mis momentos vitales. De tal manera que muchas veces se mezcla en una canción su momento vital con el mío. También es cierto que los temas no vienen de golpe en un paquete. También hay ideas que provienen de atrás como Perdona, una canción con un aire más dramático donde se pide perdón y parece que cierra la fase anterior para abrir una etapa más luminosa.

-La mitad de Zenet es Javier Laguna. ¿Cómo se conocieron?

-Me vio cantar en el Berlín Café y me persiguió hasta que tuvimos una charla donde me propuso hacer algo. A partir de ahí, íbamos a los miércoles maqueteros de la sala Siroco. Así nacieron las primeras canciones, comiéndonos unos huevos fritos en una taberna de la calle Alcalá a puerta cerrada.

-¿Ha cambiado mucho la industria musical desde entonces?

-La música se abre paso. ¿Has visto esa imagen de una planta apretada entre dos adoquines? Esa misma imagen la tengo con respecto a la cultura en cualquier ciudad. Es imposible acallar la voz de la cultura. Ha sido muy buena la globalización en cuanto a producción se refiere. El hecho de que cualquiera pueda grabar un disco en casa ha hecho que no todos tengan que pasar obligatoriamente por una multinacional para que le hagan un contrato. Luego hay circuitos donde uno se busca la vida, al margen del parco tejido industrial de la música en España.

-¿Piensa que en otros países se cuida mucho cada parte del engranaje de la industria?

-Por supuesto. En Francia cuando un artista está sin trabajar el estado se encarga de buscarle trabajo. Fíjate en este país como andamos.

-¿En su caso, el 21% de IVA ahoga o sólo tira un poco de la soga?

-He vivido momentos malos. Yo funciono ahora con una independencia increíble y soy Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Trabajo con un equipo en Factoría Zenet y con la discográfica El Volcán, que me busca actuaciones.

-¿Es la piratería el mayor de sus problemas?

-La piratería le hace daño a una persona que vende un millón de discos. A las personas que estamos por debajo no nos afecta tanto. En la musica deberíamos mirar hacia otro países y no dejar que tres multinacionales sean las únicas que vendan los discos al Fnac o al Corte Inglés. Me gustaría que hubiera más sellos especializados, como ocurre en Estados Unidos o Inglaterra. La industria musical española tiene que renovarse porque todavía dependemos de las majors para llegar al público.

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