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"El mundo editorial es una carrera de fondo"

  • Con 'La Carcoma', que también da nombre a una localidad inventada en la sierra de Cádiz, el autor obtuvo el Premio Valencia Nova 2017

El escritor gaditano Daniel Fopiani.

El escritor gaditano Daniel Fopiani. / d.c.

El protagonista de La Carcoma, un escritor de nombre Ramsés, desarrolla la idea de retirarse a un pueblo de la sierra de Cádiz para, a la vez, empezar y rematar una novela que se le resiste. Nofue exactamente un retiro -aunque sí lo fue a efectos prácticos- lo que llevó a Daniel Fopiani a poner sobre papel el texto que se hizo con el Premio Valencia Nova 2017. La Carcoma nació mientras Fopiani -sargento de Infantería de Marina- se encontraba de misión por el norte de Europa a bordo de la fragata Almirante Juan de Borbón. "Estar embarcado no es un escenario muy óptimo para escribir, es un espacio reducido en el que apenas se ve la luz". Pero, por otra parte, la procrastinación es difícil: en la vida "normal el móvil tiene que estar lejos y, en el rincón de trabajo, sólo están el ordenador, la libreta y el boli. Y aun así, como todo el mundo, muchas veces empiezo a buscar información de algo y de, repente, veo que llevo media hora navegado". Pero el método es siempre el mismo: ponerse un máximo de palabras y escribir todos los días en los ratos libres.

"Hasta este premio -dice Fopiani-, yo creo que me leían básicamente mis amigos y familiares: mi primer libro fue autopublicado. Ahora sí que veo que esto me ha abierto las puertas a un mundo editorial de primera línea. Y cuando hablo de abrir las puertas me refiero también a los lectores: cada día recibo mensajes de gente que no conozco. Realmente, es lo que siempre he soñado, el llegar al máximo de lectores posibles. Pero también -añade- la presión es distinta, ya es menos un hobby, aunque soy consciente de que no lo he aprendido todo. Eso es lo que hay que entender, que juntar palabras no quiere decir que algo sea publicable".

La trama de misterio de La Carcoma va de la mano del proceso de creación literaria y del mundo de la literatura, presentes de continuo en la historia: "Siempre he tenido cierto interés por la literatura en todos sus campos, y quería reflejarlo de algún modo -continúa-. Igualmente, también quería trasladar que escribir un libro es algo muy complicado, que absorbe totalmente, y quería que esa obsesión, exagerada, se reflejara en protagonista. Por mucho que un libro tenga éxito, el mundo editorial es una carrera de fondo".

Las cifras del crimen las dan las grandes ciudades, pero narrativamente el escenario de un pueblo pequeño resulta más sugerente. La Carcoma es, precisamente, el poco agraciado toponímico de una localidad inventada, y perdida, en la sierra de Cádiz: "Para esta historia, necesitaba un pueblo pequeño, con pocos habitantes, para situar al protagonista en una situación de evasión -explica el autor-. Me ha ayudado mucho esa idea del pueblo pequeño, ese misticismo del pueblo huraño, donde no gustan mucho los extranjeros, aparece en muchas historias clásicas del thriller: te ayuda mucho a apoyar un ambiente de intriga general que comienza en las intrigas propias. Además, si en la ciudad ocurre cualquier incidente, enseguida llama la atención de forma escandalosa, llegan la Policía, los bomberos... no así, o no así siempre, en un pequeño pueblo".

Esa atmósfera recóndita, la idea de soledad y de ambiente hostil, se refuerza cuando la novela está situada a principios de este siglo: el acceso a Internet es escaso y va prácticamente a gramola y los teléfonos móviles son, a excepción de los SMS, en esencia sólo eso: teléfonos. El estado de desconexión es total y, sin contar con vehículo propio, "ni siquiera se puede decidir cuando salir de allí a voluntad".

A pesar de los años de formación militar, mezclar ejército y literatura ha sido algo que Fopiani se ha planteado varias veces aunque no lo ha llevado a la práctica por cierto temor al encasillamiento: "Soy sargento de Marina y soy escritor, y hasta el momento tampoco me he visto en la necesidad de aprovechar las dos cosas; y tampoco quiero que parezca que me aprovecho de mi propio trabajo -explica-. Sí que podría utilizar muchos de los conocimientos o de la experiencia que vas recabando para escribir una novela, pero es algo que contemplo a largo plazo".

Quizá sea el humor -además de los giros de trama- lo que más sorprende en La Carcoma: "De hecho -apunta Daniel Fopiani-, creo que ese será el sello que estará conmigo siempre. El humor ayuda al lector y a respirar un poco y relajarse de la intriga y la tensión argumental. Como lector, también es algo que disfruto mucho".

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