San Roque recordó ayer con mayúsculas a su ilustre artista Luis Ortega Brú. El Palacio de los Gobernadores sirvió de sede para presentar un monográfico sobre el sanroqueño, el volumen sexto de la colección Grandes Autores Andaluces, editado por Tartessos. No era una cita más en la agenda, fue una bocanada de aire fresco para dar a conocer nuevas miradas del artista que aglutinó bajo su creatividad un universo de tendencias, más allá de lo conocido en torno a la imaginería.

El principal exponente de esta ardua labor de investigación ha sido el profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla Andrés Luque Teruel, que fue anoche uno de los que presidió el acto junto a Manuel Linero, director de la editorial que impulsó esta labor; además de familiares y amigos del artista.

Gracias al monográfico se ha podido avanzar más allá en la personalidad del artista. Se ha dado rigor científico a lo que antes se había publicado a modo de difusión. De las 145 obras conocidas se ha pasado a 625, catalogadas una a una por Luque, que añaden al inventario de Brú casi 500 piezas más, muchas de las cuales se desconocían. Entre estas se registran crucifijos de tamaño natural. Además de dibujos y pinturas que yacían casi en la sombra, la mayoría en colecciones particulares.

Luque precisó que se trata de un estudio completo de la obra de Ortega Brú en el que se han analizado algunas hasta ahora desconocidas, tanto en escultura como pintura. Por primera vez se investigan formalmente todo tipo de obras, incluidas abstractas en distintas tendencias. "Se había estudiado solo aquella faceta relacionada con la imaginería y por lo tanto con la producción realista del escultor, de modo que no se podía entender bien al Brú figurativo y conocer los fundamentos creativos de toda su obra".

En cuanto al trabajo de investigación, Luque comenzó analizando lo que se sabía de Brú hallando muchas preguntas sin respuesta. Aunque se le vinculaba con el ámbito de la imaginería no se concretaba en ninguna tendencia. A partir de ahí llevó a cabo un exhaustivo trabajo de campo. Gran parte de su obra la conservaba la familia, el museo del artista situado en el Palacio de los Gobernadores de San Roque y otra parte pictórica tanto en colecciones particulares como incluso en hermandades e instituciones por toda España. "Ha sido un trabajo complicado el de recuperar la obra".

El investigador, que conoció a Ortega Brú siendo un niño, llegó incluso a hablar con él en vida y había estudiado su obra, aunque con esta encomendación de la editorial se sumió en un proceso de varios años dedicado únicamente a profundizar en su faceta creativa. "Teníamos un artista de un gran nivel y además no había estudios completos ni a nivel científico, con lo cual fue doblemente interesante", aseveró en torno a su investigación.

Analizar de forma completa a Brú le ha dado a Luque la potestad para entender su manera de crear. Según detalló, el estudio completo de su obra no sólo da un artista abstracto sino que también vinculado con distintas tendencias, opciones respectos al realismo, etapas expresionistas e incluso clásicas, así como de un tremendo simbolismo y figuración, y lo descarta del Neobarroco. "Es una artista con muchísimas facetas, todo muy complejo y sobretodo relacionado entre sí".

La editorial le encomendó la tarea a Luque para descubrirle. "Ortega Brú era un artista polifacético, muchos le conocen como escultor religioso y descubrimos una versión y visión totalmente diferente a su figura, no sólo hacía esculturas, era una gran pintor", subrayó el coordinador de la editorial José Manuel Linero.

Con este monográfico se ofrece una visión totalmente nueva del sanroqueño. "Se puede calificar como uno de los escultores y artistas más importantes de Andalucía del siglo XX a nivel artístico, y estamos muy orgullosos de haber sacado esta publicación. Veíamos que era un gran desconocido y queríamos darle la dimensión que merece", elevó Lineros. Para ello se ha realizado una edición exclusiva que puede adquirirse a través de la editorial o en grandes superficies.