Cultura

Las letras del condestable

¿Qué fue del Condestable, príncipe no menos aficionado a las letras que claro en sangre, aquél que hizo en su casa librería tan buena? Su mirada penetrante, de hábil negociador, le distingue en el cuadro que recoge la conferencia de Somerset House de 1604. Es el único retrato que conservamos de él. Bajo seudónimo del Prete Jacopín disputa sobre Garcilaso con Fernando de Herrera. Y su rica colección de arte, formada durante su gobierno en Milán, se dispersa tras su muerte, dejando apenas algunas huellas.

Renglones sueltos que procedían de la historia diplomática, de la crítica literaria y de la historia arte que ahora se conjugan, felizmente, en una obra poliédrica, escrita a cuatro manos, que reivindica la figura de don Juan Fernández de Velasco y Tovar, V Duque de Frías, como coleccionista, literato y protector de las artes. Los autores se sitúan en la metodología propia de la historia cultural para explicar un personaje que interioriza la memoria de sus antepasados, redimensionándola en el marco de sus lecturas humanistas y de la sensibilidad propia de su tiempo.

La memoria recibida y recreada en la galería de retratos del linaje de la vieja Casa del Cordón de Burgos, junto a la experiencia adquirida en Nápoles, Milán, Roma y Bruselas donde sirvió a la monarquía, dieron forma a una singularísima colección de objetos de arte y antigüedades repartidos entre los palacios urbanos y las fincas de recreo de Berlanga y Mirafuente. Bronces, medallas conmemorativas, pinturas del Bosco y del Bassano, esferas armilares, relojes y sextantes, columnarios con reliquias... Cada pieza adquiere sentido dentro de su periplo vital, dominando el gusto por la historia antigua que se evidencia, por ejemplo, en la inusual doble serie de tapices dedicados a la guerra de Troya.

Pero la alhaja de la colección, elogiada por Justo Lipsio y Nicolás Antonio, fue sin duda la biblioteca que se publica íntegramente, con el inventario de bienes de 1608, en el generoso apéndice documental del trabajo. Nutrida por ejemplares latinos, italianos, franceses y españoles, puede parangonarse a las ya estudiadas de Diego Sarmiento de Acuña, conde de Gondomar o Lorenzo Ramírez de Arellano, sus contemporáneos. La cultura literaria del V Duque de Frías queda acreditada, por último, en las probables traducciones de Anacreonte, el cultivo de la sátira y de la historia apologética a propósito de la presencia de Santiago en España.

En suma, un buen libro que habla de libros, que mereció el premio de investigación Cultura y Nobleza que conceden la Real Maestranza y la Real Academia de Buenas Letras. Y demuestra la renovación de la historia nobiliaria en nuestro país.

de todos los ingenios los mejores

Juan Montero, Carlos Alberto González, Pedro Rueda y Roberto Alonso. Real Maestranza de Caballería de Sevilla. 2015. 429 págs. 36 euros.

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