Cultura

Las inimaginables primaveras

Proverbialmente discreto, además de lúcido, generoso y sabio como pocos de los escritores de nuestro encallecido mundo literario, Carlos Pujol publicó su obra última en los sellos Menoscuarto, que acogió sus novelas, y Cálamo, que editó su anterior poemario y ha dado ahora a conocer otro, ya póstumo. A ambos les cabe el honor de haber difundido los libros postreros de un autor tardío y casi secreto, pero apreciado por los que eligen sus lecturas al margen de modas o novelerías.

De la poesía de Pujol ha escrito Andrés Trapiello, a quien debemos la reunión de sus Poemas en La Veleta (2007), que era sencilla y compleja al mismo tiempo, lo que queda otra vez claro en este Bestiario entregado a su editor, José Ángel Zapatero, quince días antes de la muerte del poeta. El nombre de la divinidad no aparecía mencionado, salvo en el título, en El silencio de Dios (2011), pese a que todo el poemario, hermosísimo, giraba en torno a una imprecisa certidumbre -De la fe no sabemos más que existe, / como una oscuridad / misteriosa que anuncia / las inimaginables primaveras- que no obstante la perplejidad se mostraba firme y esperanzada. Quiere decirse que incluso a la hora de expresar su condición de creyente, Pujol recurría a esa forma suprema de elegancia que es la humildad no fingida.

El libro ahora conocido es muy distinto de tono, pero no acaso, porque también es un recuento, de intención. Se hace imposible no recordar a Juan Perucho, pero la zoología que comparece en Bestiario la componen no fabulosas criaturas medievales sino una modesta colección de animales íntimos -un "zoo de mentirijillas"- a los que el poeta pone voz, humor y pensamiento. De este modo, frente a los tonos graves y trascendentes de su anterior entrega, Bestiario propone juegos burlones pero en el fondo muy serios: del propio autor, por ejemplo, se nos dice que "…escribe fantasías que supone / la verdad más profunda de sí mismo". Es la verdad última de un escritor que pasó sin ser visto, pero nos acompañará por mucho tiempo.

Carlos Pujol. Cálamo. Palencia, 2012. 40 páginas. 7 euros

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