Después de más de una semana aún sigue en pie el escenario que se montó para la celebración del espectáculo Música en las Murallas en las ruinas medievales de Algeciras, el pasado 24 de septiembre. Aunque el éxito logrado por el recital respaldó la necesidad de utilizar estas ruinas arqueológicas como espacio escénico, tal y como la concejal de Cultura, Pilar Pintor, había augurado en días anteriores, sí pudo saber este diario que esta instalación sería retirada tras la celebración, pese a nacer con vocación de continuidad.

En este caso, el paisaje de los restos medievales de Algeciras, ubicado en plena avenida Blas Infante, ha quedado empañado por la ubicación de este escenario, sin visos de retirada por el momento pese a conocerse que así se hará. Una situación que se repite en la ciudad de Algeciras, en casos como el parque María Cristina, donde se levantan escenarios y luego permanecen durante semanas, e incluso meses ocupando un espacio que es de uso ciudadano.

Sin embargo, en el caso de las ruinas medievales éstas dificultan directamente el tránsito por la zona. El tramo central que está destinado para que las personas pueden observar de cerca estos restos arqueológicos están básicamente "taponado" por el gran escenario levantado.

Aunque el concierto, donde la Orquesta Sinfónica de Algeciras se reivindicó con éxito, ha sido aplaudido por colectivos y ciudadanos, bien es cierto que se desarrolló en un recinto arqueológico de gran valor histórico para la ciudad, escasa de estos espacios. Por ello, la concejal de Cultura ya avisó la pasada semana a este diario que se seguiría usando como espacio para celebrar eventos culturales pero siempre teniendo en cuenta su conservación, estando en consenso con los técnicos que salvaguardan estas ruinas, de modo que no se afecte en ningún momento a su mantenimiento.

Los restos conservados son sólo una pequeña parte del sistema defensivo que envolvía la ciudad de Algeciras en la Edad Media. La fortificación resistió un prolongado asedio castellano que cercó la ciudad, por tierra y mar, durante casi dos años (1342-1344). Finalmente, la administración meriní la rindió.

Si embargo, durante el período castellano (1344-1369) se hicieron importantes obras de remodelación. A este momento pertenecen muchos de los restos visitables actualmente por los ciudadanos. El ejército nazarí la reconquistó y, posteriormente, la destruyó de forma sistemática en 1379 hasta lo que se observa hoy.