Cultura

Un documental retratará la vida de la comarca y sus gentes en la dictadura

  • El algecireño Raúl Santos rodará en verano una historia de superación y supervivencia, que prestará singular atención a la relación de la zona con Gibraltar y a cómo influyó a este lado de la frontera

El algecireño Raúl Santos rodará este verano un documental que narrará las vivencias de los habitantes del Campo de Gibraltar durante la dictadura. El filme prestará una atención singular a la relación de la comarca y de su gente con Gibraltar, que no sólo era otro país, sino que suponía un mundo radicalmente distinto, ajeno a las penalidades de este lado de la frontera. La producción de la obra cuenta con el apoyo de la School of Visual Arts de Nueva York, en la que Santos realiza el máster Fine Arts in Documentary Filmmaking por medio de una beca Talentia de la Junta de Andalucía.

El documental se halla en estos momentos en su fase de preproducción, que se extenderá hasta el mes de julio. El rodaje se llevará a cabo, según está previsto, las primeras tres semanas de agosto. En la actualidad Santos dirige desde Nueva York a un equipo en la comarca que coordina Óscar Gamero y que dispone de la colaboración del historiador algecireño Manuel Tapia y de J.J. Uceda, "uno de nuestros principales personajes y un apasionado de esta historia", indica el cineasta.

Santos, además de director de la obra, firma el guión del documental, que cuenta con la producción de 700g Films, el sello propiedad del algecireño y de su paisano Alexis Morante.

"Lo más importante de la visión que tengo sobre este proyecto es que no se trata de una película histórica, no se trata de una película política, no se trata de una película sobre grandes nombres. Este documental piensa rendir homenaje a los héroes del día a día que en aquellas circunstancias se buscaron las vueltas para sacar adelante a su familia y ayudar a sus vecinos. Sin saberlo, estas personas escribieron historia y han pasado desapercibidos durante demasiados años. Nosotros queremos darles voz", destaca Santos.

Como es obvio, el documental posa su mirada sobre un grupo representativo de aquellas gentes que lucharon a brazo partido por la supervivencia, ciudadanos a través de los cuales la obra piensa retratar con fidelidad el paisaje social de aquellos ásperos años. El director se guarda por el momento los nombres y los apellidos, aunque adelanta qué personajes cubren: "la contrabandista de productos del día a día, el contrabandista profesional, la autoridad, la herramienta de propaganda, el pueblo de Gibraltar encerrado, los protagonistas de la apertura de la verja, etcétera".

"La situación de la comarca era de alarmante pobreza: viviendas en malas condiciones de habitabilidad, nada de agua corriente, nada de inodoros o duchas, etcétera", detalla Santos. "Sin embargo, a un tiro de piedra había un sitio donde la electricidad no se iba en las noches de mal tiempo, donde la gente tenía botas de agua, ropa de moda, agua corriente, plumas Parker y hasta golosinas. ¿Cómo es posible? ¿Sería cierto eso que había ahí enfrente? Franco autorizó a un número de campogibraltareños a entrar en Gibraltar por la mañana y salir por la tarde. Lo que estos privilegiados descubrieron dentro cambiaría la vida de toda la comarca", añade el autor.

El algecireño explica que ha encontrado en sus raíces la inspiración para articular su relato documental. "Esta historia y la forma de contarla me sale desde el fondo del estómago porque es la vida de mi abuela Antonia y su familia", dice. "Esta mujer tenía todo en contra en la vida: una dictadura opresora, niveles alarmantes de pobreza en la comarca, cero educación, aún menos oportunidades de trabajo... Pero tenía una familia que sacar adelante y se buscó las vueltas para hacerlo posible. Lo más impresionante es que sin saberlo salvó la vida de miles de familias en Andalucía".

Para Santos, "Antonia y el resto de los personajes son más que gente de carne y hueso. Son personajes universales que representan no sólo al pueblo de nuestra comarca sino también conceptos globales de supervivencia, compañerismo o resistencia a aceptar el destino". Por eso, entiende, "la acogida del proyecto está siendo muy buena en Nueva York".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios