Cultura

Tengamos en común los sonidos de la guitarra de Neil Young

De todos los eventos culturales que se celebrarán durante el presente verano, el Rust Festival, que en esta ocasión se llevará a cabo en la playa de Bolonia, constituye sin duda la oferta más original y entrañable. Un puñado de buenas bandas y cientos de seguidores de Neil Young se reunirán durante dos días para compartir su forma de comprender y sentir la obra del artista canadiense. Hablamos con los organizadores del evento de Neil Young y de lo que su música y su filosofía son capaces de generar.

-Para los que no siguen a Neil Young, ¿qué es exactamente un 'rustie'?

-Manuel Ruiz y Antonio Casado: Alguien a quien le apasiona la música de Neil Young y, por lo tanto, cualquier cosa que signifique compartir cosas y sentimientos sobre él. Se trata de un coleccionista de su obra oficial y no oficial, siempre dispuesto a intercambiar sus conocimientos y grabaciones con cualquiera que se lo pida, capaz de viajar a donde sea para ver a su ídolo en directo. El 'rustie' suele estar también implicado en foros sobre Neil y sus alrededores, y ama todas las facetas y estilos de su música, aunque suelan preferir su lado más eléctrico. En resumen: un 'rustie' es el tipo de gente que se desplazará este fin de semana a Bolonia.

-¿Por qué un homenaje a Neil Young? ¿Qué tiene el canadiense de especial?

-M.R. y A.C.: Neil lleva más de cuarenta años en la carretera y eso ya es suficiente para hacer un homenaje a un músico. Pero no se trata sólo de eso. Neil Young es un artista que nunca ha estado sujeto a la moda, a las tendencias o al mercado. Ni siquiera a su propio público. Él ha hecho siempre lo que su voluntad de artista le ha dictado y siempre ha seguido su camino, como ha quedado demostrado con el paso del tiempo: "Una carrera perfectamente errática", como alguien escribió una vez. Ese espíritu rebelde y original es una lección para las generaciones de músicos jóvenes que enfocaron, enfocan y enfocarán sus valores hacia objetivos relacionados con el Arte y con la Música con mayúsculas y no con objetos mercantilistas, tan presentes por desgracia en la civilización occidental. Además, alguien dijo una vez que Neil escribe canciones para los que se sienten solos y desgraciados, pero que no pierden su espíritu luchador. Ese espíritu rebelde y luchador es en realidad lo que nosotros celebramos estos dos días.

-El año pasado el festival se celebró en La Coruña, y este año en Cádiz.

-M.R. y A.C.: Nosotros somos un grupo de amigos que tenemos en común el gusto por la música de Neil Young. Hacemos esto por el placer de reunirnos en torno a ella. Y como estamos repartidos por todo el Estado, procuramos que nuestra reunión sea itinerante con el fin de que todos participemos en igualdad. El año pasado, los amigos de Galicia (Valdoviño, para ser exactos) se ofrecieron a organizarlo, y este año hemos sido los campogibraltareños. El año que viene seguramente el festival viajará a Cataluña, y el siguiente, ni se sabe aún. Eso nos da la oportunidad de juntarnos cada vez en un sitio distinto. Que no sean siempre los mismos los que curren, y aprovechar para conocer otros lugares y culturas.

-Se trata de un festival gratuito. ¿Todo esto es por mero amor a la música del canadiense?

-M.R. y A.C.: Así es, todo por amor al arte... de Neil Young. Cosas de fan fatal. El lucro no aparece por ningún lado. La asistencia es libre y nadie de la organización cobra un céntimo, todos somos voluntarios (incluidas las bandas) y lo que hacemos lo hacemos con donaciones de 'rusties' anónimos.

Aprovecho para agradecer a Crazy Ponys, Brass Buttons, Shoking Beards, Big John, Carne Con Bi, Mostachones, Rusty Kastuo y, por supuesto, a los Rusties Harvesters los enormes esfuerzos que han realizado (nos consta a todos) para estar en Tarifa estos días, dando de lado a otras actuaciones, vacaciones... ya que la mayoría proceden de puntos muy lejanos de la Península.

-¿No creéis que la playa de Bolonia y sus encantos tienen mucho que ver con esto?

- M.R. y A.C.: Me imagino que algo tendrá que ver Bolonia en esto, sin duda. Reunirse delante de un puñado de amigos, con ese fantástico mar de fondo y sin la presión que supone un concierto típico no debe ser algo que se tiene todos los días. Un músico podría morir tranquilo tras tocar con semejante backstage.

-Neil Young es un abanderado del ecologismo, ¿qué crees que opinaría de las playas de Cádiz?

- M.R. y A.C.: Teniendo en cuenta que Neil vive desde siempre en California (Big Sur, Santa Cruz, Zuma Beach...), con un clima, una vegetación y un territorio muy semejante a Andalucía, creo que se encontraría muy a gusto entre nosotros. Aunque en otros aspectos le disgustaría la contaminación de otros lugares del litoral, como la Bahía de Algeciras.

-Una de las propuestas más originales del festival es la de habilitar un escenario y un micro abierto para que los asistentes participen con sus versiones de Neil Young: ¿no tienen miedo de que aquello se convierta en un caos?

-M.R. y A.C.: Hasta ahora nunca ha sido así, somos gente muy civilizada. Nadie usará esos micros de una forma incontrolada, sino respetando unos tiempos y un orden que irá marcando la organización, para lo cual necesitan ponerse en contacto con nosotros previamente.

El año pasado salió estupendamente. Es más, los Rustie Harvesters surgieron de una de esas sesiones de open mikes en Valdoviño, así que nos sirve también para cazar talentos para futuros festivales.

-¿Qué esperáis de este festival? ¿Con qué os daríais por satisfechos?

-M.R. y A.C.: Nos llenaría de satisfacción saber que las bandas y músicos que vienen cumplan sobradamente sus expectativas. Ellos son los que ponen toda la carne en la parrilla y los que hacen posible un evento como éste. Se lo debemos.

Nuestra finalidad es pasar unos días agradables (si puede ser, inolvidables) inmersos en la música que más nos gusta. Nada más.

Y esperar... Principalmente que todas las personas que vienen estos días a Bolonia, a Tarifa, se lleven un recuerdo imborrable del sitio y del momento que han vivido. Luego también confiamos en conseguir estrechar lazos de amistad entre nosotros de forma que formemos una gran familia que en vez de tener en común la sangre, tengamos en común los sonidos de la guitarra de Neil Young.

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