marÍa toledo. cantante y pianista

"Es un atraso pensar que lo que hago perjudica al flamenco"

  • La artista estará mañana en Sevilla con 'Magnética', un disco donde versiona éxitos de Las Grecas, Morente, Camarón o Rocío Jurado y que es un tributo a los "flamencos revolucionarios"

"He conseguido más con esto que con esto", confiesa María Toledo señalándose con la mano primero la cabeza y después un lugar indefinido entre el corazón y la garganta. No lo dice porque no confíe en sus cualidades artísticas ni en el sello que imprime en sus canciones, -"esa forma en que templo la voz bajito que es por lo que la gente me reconoce", cuenta-, sino porque sostiene que la música es un mundo difícil donde hay que andar con siete ojos y sufrir "dolores de barriga" para conseguir lo que se quiere.

Y eso que la cantante y pianista, nominada a los Premios Grammy Latinos y con reconocimientos del circuito jondo como el Novel del Festival Internacional del Cante de Las Minas o el Premio a los cantes de compás en Mairena del Alcor, ya no aspira a lograr el éxito que soñó en sus inicios. "No es cuestión de que no lo pueda conseguir, es que ahora me cuestiono si es lo que necesito, si es compatible con mi forma de ser y hasta qué punto podría cambiar mi vida", reflexiona al final de la entrevista que concede a este diario.

Si la gente no acude a los lugares de culto del flamenco hay que buscar un camino para que se enganche"

Su ambición está más bien en defender lo que es y disfrutar de lo que más le gusta. Aquello por lo que dejó su carrera de Derecho y que le absorbe todas las horas del día. "Tengo tantos planes que me agobio de pensarlo; el otro día leí que es estrés anticipativo", relata.

Así, combina la grabación del que será su quinto álbum, que sacará a la luz el próximo año, con la gira de Magnética, su cuarta aventura discográfica, en la que versiona los grandes éxitos de los flamencos que más le han influido y que presenta mañana en Sevilla (Fibes 21:00), "en una ciudad que es la leche, es mi casa".

-¿Cuánto le debe a estos artistas y a estas canciones?

-Hay una cosa que me une a ellos que es el punto de revolucionaria. Todos fueron unos rompedores. Cuando Morente sacó Omega la gente se echaba las manos a la cabeza y luego ha sido un disco súper valorado. Igual que La Leyenda del tiempo de Camarón, que es el artista que mejor ha cantado flamenco de la historia y que parece que grabó ayer sus discos... Con todos comparto esa visión de no sentirme atada a ninguna norma flamenca.

-Algunos de estos temas formaban parte de sus directos antes de forjarse este disco, ¿qué encuentra de sí misma en estas letras?

-Tienen que ver mucho. Solita en mi balcón, por ejemplo, fue la canción en la que hice los coros a Rocío Jurado. Luego también me siento identificada con Vuelvo a casa, que habla de cómo a veces lo dejas todo por amor y no sale bien, o con Te estoy amando locamente porque es lo que estoy viviendo en estos momentos. Todas tienen que ver algo con mi vida personal aunque no las haya escrito yo. En cualquier caso, éste es un disco de agradecimiento a los flamencos que me han marcado pero, sin duda, me gusta más cantar mis canciones.

-Flamenco de una época muy concreta, la de los 70 y 80, que ¿está suficientemente valorada?

-No, pero es que el flamenco en general no está suficientemente reconocido. Hay magníficos artistas recorriendo festivales, concursos y peñas a los que no les dan oportunidades. Yo no me quejo de mí, me quejo por los demás. A mí me va bastante bien pero hay mucha gente que no tiene el sitio que se merece. Hay figuras maravillosas, como El Pele, José de la Tomasa o La Susi, que son fundamentales para este arte y no tienen teatros donde cantar cuando habría que estar haciéndoles homenajes cada día.

-Aunque son los propios artistas quienes citan entre sus referentes antes a Pastora Pavón que a figuras más coetáneas…

-Parece que para tener credibilidad hay que nombrar a figuras antiguas pero yo no creo en eso. Me parece más sensato reconocer a los que han sido nuestros contemporáneos, gente como Los Chorbos, Los Chichos o Las Grecas… que son de los que ha bebido mi generación y que, además, no son menos flamencos porque se alejaran de los clásicos. Por supuesto que me encanta La Niña de los Peines pero nunca voy a ser capaz de hacerlo como ella. Por eso, opto por la creación.

-Entre las figuras en las que se inspira están mujeres como Lole, Las Grecas o Rocío Jurado. ¿Cuál es su atractivo?

-Me atrae, sobre todo, el atrevimiento que tenían. Me gustan las personas que no tienen miedo al qué dirán. Estoy segura de que a Rocío Jurado le importaría poco lo que dijesen de ella. Al final, las críticas parten de un complejo. Una persona que tiene una vida plena no tiene tiempo de juzgar a los demás y, eso, es lo que nos está pasando, que hay un aburrimiento sublime.

-En lo jondo, entonces, ¿es más difícil llevar tacones?

-Para nada, ser mujer es un piropo, una bendición. No me gusta hablar de las diferencias entre hombres y mujeres porque parece que si se hablan es porque se tienen presentes. No quiero perpetuar ese debate. En mi caso, me he sentido como una persona más.

-¿Considera que hoy día el flamenco está escaso de ese aire más ligero?

-Ese boom de los 70 fue muy positivo. Pero lo que hay que tratar por encima de todo es que no desaparezca el flamenco. Si vemos que la gente no acude a los lugares de culto hay que intentar buscar un camino para que se enganche. Evidentemente, el flamenco no son tangos y bulerías pero en mis conciertos es de lo que abuso porque sé que es lo que a la gente le gusta. Sin embargo, me consta que muchas de las niñas que escuchan mi música se interesan por conocer luego lo clásico. Es un atraso pensar que lo que hacemos perjudica al flamenco, es todo lo contrario, le hacemos mucho bien.

-De hecho, en su biografía de Twitter se define como cantaora flamenca pese a que su circuito hoy día sea otro, ¿ha sido entonces por elección o por obligación?

-Opté por otro camino primero porque siempre me ha gustado la apertura. Creo que el hermetismo no beneficia nada. Y, segundo, porque me va mucho mejor cogiendo un teatro y haciendo lo que me apetezca a tener que cumplir las reglas de otro. No me merece la pena estar en según qué circuitos, para cantar una soleá y que el crítico me juzgue desde la primera fila si no he metido la soleá de Cádiz, Jerez y los Puertos. No puedo con eso. Yo canto como siento y ya está. Paseando por Sevilla he visto una camiseta que me ha hecho mucha gracia porque ponía No eres flamenca si… y una serie de cualidades que no cumplo en absoluto. Pero sí, lo soy igualmente.

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