Cultura

El arte no cierra por vacaciones

  • Los museos de la capital malagueña continúan con la oferta de muestras en el período estival

  • Warhol, Picasso, Sorolla, Matisse o el local Puche son algunos de los creadores expuestos

Llega el verano y la oferta de ocio y cultura parece aumentar como las invasiones de medusas en las playas. Entre festivales de música, gastronomía y turismo, el arte no se toma unas vacaciones. En Málaga capital nombres como Warhol y Picasso brillarán con fuerza en los museos de la ciudad hasta que el periodo estival acabe. El Museo Picasso Málaga, La Colección del Museo Ruso o el Centro de Arte Contemporáneo son solo algunos de los lugares que ofrecerán grandes exposiciones en los meses venideros.

En el Museo Picasso Málaga han decidido apostar fuerte y el pasado 31 de mayo inauguraron la exposición Warhol. El arte mecánico, que ofrece un recorrido desde los inicios del artista como incipiente diseñador gráfico comercial en Nueva York, en los cincuenta, hasta su muerte en 1987. La obra de Andy Warhol es al mismo tiempo canónica, por ser parte de la historia del arte, y simbólica, por haberse insertado en el imaginario popular.

Organizada por el Museo Picasso en colaboración con la Obra Social La Caixa, la muestra se podrá visitar hasta el 16 de septiembre e incluye pinturas, esculturas, dibujos, serigrafías, instalaciones audiovisuales, libros, películas, portadas de discos, pósteres, revistas, objetos y material fotográfico y sonoro que dan una idea sobre cómo era el legendario estudio The Silver Factory, centro de operaciones de Warhol. En la exposición se pueden ver las creaciones más icónicas del artista, como sus trabajos dedicados a la actriz Marilyn Monroe o a la sopa Campbell.

Cuando Warholl comenzaba su carrera en los 50, en plena Guerra Fría, al otro lado del telón de acero los artistas soviéticos tenían que ceñirse a las exigencias de la dictadura de Stalin, situación que se puede apreciar en las obras de Radiante Porvenir, que expone la Colección del Museo Ruso San Petersburgo/Málaga.

La muestra recoge el estilo del realismo soviético. Entre 1930 y 1950 los artistas de la Unión Soviética tuvieron que crear una imagen convincente de un estado unitario, justo y próspero que transmitiese la idea de la victoria del socialismo y de ensalzar la figura de Stalin. El trabajo, la agricultura, el Ejército Rojo y la armada fueron temas principales de artistas como Alexander Gerasimov y Vasily Efanov, los más exitosos.

Sin embargo, la juventud, la cultura física y el deporte también jugaron un importante papel. Eran estos temas en los que los creadores disfrutaron de mayor libertad, sobre todo en el trabajo con la forma. Los principales maestros en estas áreas fueron Alexander Deineka y Alexander Samojválov.

Asimismo, la exposición La mirada viajera. Artistas rusos alrededor del mundo llega a su fin en el Museo Ruso el 26 de agosto. La muestra recoge dibujos, pinturas y esculturas de estos creadores que pasaron por Italia, Francia, Egipto, Palestina, Japón, China, Marruecos y Estados Unidos.

También el mismo 26 de agosto el museo despide 13 "hieraturas" de Mikhail Schwartzman, un importante artista representante del inconformismo y del arte desarrollado fuera de los círculos oficiales soviéticos.

El Museo Carmen Thyssen también cuenta, hasta el 9 de septiembre, con una exposición que recoge miradas de distintos artistas. Mediterráneo. Una Arcadia reinventada. De Signac a Picasso reúne más de 60 obras que invitan a adentrarse en este mar como estímulo y fuente de una revisión del clasicismo y como escenario de paisajes y escenas cotidianas.

Matisse, Bonnard, Sunyer, Torre-García, Sorolla, Anglada-Camarasa y Mir son otros de los nombres de la muestra, que abarca desde el postimpresionismo, el simbolismo, el noucentisme catalán, el fauvismo o un clasicismo reinventado del período de entreguerras. La muestra, que forma parte del proyecto internacional Picasso-Méditerranée, es también un recorrido por diversos géneros, como figuras, temas mitológicos, vistas y paisajes o escenas costumbristas.

En el Thyssen también se puede visitar hasta el 15 de julio la exposición Gustave Doré, viajero por Andalucía, una selección de xilografías que el célebre pintor e ilustrador Gustave Doré realizó a partir de la visita a España, y especialmente Andalucía, junto al hispanista Jean-Charles Davillier en 1862. Se trata de cuarenta estampas prestadas por la Universidad de Cantabria.

Más cercana en el tiempo y el espacio es Como nieve que baila, del artista malagueño José Luis Puche, que el Centro de Arte Contemporáneo expone hasta el próximo 26 de agosto. Son veintinueve pinturas -muchas las ha creado Puche exclusivamente para la muestra.

En estas obras Puche descompone la perspectiva para establecer diferentes visiones diferentes y narraciones alternativas simultáneas. Los saltos al vacío, escenas con animales, situaciones enigmáticas y juegos visuales son una constante en este trabajo, que se presenta como fotogramas de algo ya pasado. Aquí el artista, un historiador de Arte autodidacta, ha usado una técnica en la que pinta primero el dibujo con carbón graso para darle luego un baño de agua. Esto forma trazos que fluyen hacia abajo en los que puede trabajar de nuevo con carbón, lápiz de color y pastel para repetir el proceso.

De igual forma, el CAC acoge hasta el 9 de septiembre la exposición Hullo, Hullo..., de la artista Rose Wylie. La muestra recoge veintinueve pinturas de esta creadora británica octogenaria, algunas de gran formato y otras que ven la luz por primera vez. Wylie pinta en un estilo infantil las imágenes que conserva en la memoria sobre lo que ve a su alrededor: las noticias, películas, su barrio o deporte.

Por último, el Museo Casa Natal de la Fundación Picasso estrenará el próximo 7 de junio la muestra El bestiario de Picasso, que descubre a animales en contextos diferentes al tiempo que recorre las distintas técnicas que el pintor usó entre 1905 y 1968 para reflejar su belleza. Estará compuesta por libros ilustrados, cerámicas, fotografías, dibujos originales y obra gráfica.

Picasso era un apasionado de los animales que llegó a convivir con perros, gatos, palomas, monos, peces, loros, lechuzas o cabras que se convirtieron en más de una ocasión en sus modelos. "Picasso, que puede amar o aborrecer a los hombres, adora a todos los animales", destacó su amigo Brassaï.

El artista plasmó, además, otros animales más allá de los caseros, dado su pasión por el circo o por los toros, que revivía a partir de su imaginación en su casa con el lápiz, el óleo, el barro o el buril tras los festejos.

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