Cultura

Las apariencias no bastan

Bien está que nuestros cineastas tomen como referencia algunas de las más estimulantes escrituras realistas y formas híbridas entre la ficción y el documental del último cine europeo, de Robert Guédiguian a los hermanos Dardenne.

Sin embargo, no es suficiente, o, al menos, no si no se ha entendido del todo la esencia que moviliza esas miradas. Es lo que le ocurre a este debut en solitario de Gabriel Velázquez (codirector de la también fallida Sud Express), un filme que parece haberse quedado tan sólo con la superficie (cámara en mano, estética del seguimiento, ambientes marginales, retrato de personajes herméticos...) de cierto cine social, pero no así con el necesario rigor que lo trascienda más allá de una simple moda o una mera estética.

Así, Amateurs adolece de una pasmosa falta de credibilidad en su retrato de personajes solitarios en busca de compañía (una joven adolescente francesa en busca de padre y un capataz de la construcción en edad de jubilarse) como consecuencia de una mala elección de actores y un equivocado tono interpretativo, en su acumulación de desgracias y quiebros dramáticos, desdoblados incluso en caprichosas situaciones en paralelo y, sobre todo, de un muy forzado y tendencioso sentido de lo marginal que denota el ejercicio de impostura que se esconde tras su apariencia de autenticidad.

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