literatura

Un altavoz para las escritoras de la Generación del 27

  • El investigador Jairo García Jaramillo reivindica en su nuevo ensayo el papel de estas mujeres silenciadas por la represión franquista y el patriarcado

Jairo García Jaramillo (Granada, 1982), con un ejemplar de su ensayo.

Jairo García Jaramillo (Granada, 1982), con un ejemplar de su ensayo. / álex cámara

"¿por qué Concepción Arenal tenía que ir vestida de hombre a la universidad? ¿Por qué María Goyri iba del brazo del rector y sentada aparte en la facultad? ¿Por qué Maruja Mallo era una vieja loca y Dalí un magnífico y excéntrico pintor? ¿Por qué María Teresa León era la estela del cometa Rafael Alberti?", se cuestiona la portavoz federal del Movimiento Democrático de Mujeres, Julia Hidalgo Argüeso, en el epílogo del nuevo ensayo del investigador literario Jairo García Jaramillo, Memoria contra el olvido. Las escritoras de la Generación del 27, publicado por la editorial Atrapasueños. Hidalgo se contesta en seguida, mordaz: "Porque eran mujeres con conciencia de su condición de mujer. Porque eran transgresoras, luchadoras, adelantadas a su tiempo y porque asumían su condición de mujer para cambiar el mundo que les rodeaba. Y eso no lo podía permitir el patriarcado. Ni antes, ni ahora".

La obra, de carácter académico pero escrita en un estilo ameno -una da fe-, es "un libro de combate" que completa lo que el autor granadino había dejado sin decir en La mitad ignorada. Este trabajo, que le mereció el Premio de Ensayo Miguel de Unamuno en 2012, evidencia las aportaciones de las mujeres intelectuales durante las primeras décadas del siglo pasado en España y pone de manifiesto que "estuvieron codo a codo con los hombres" de la época. "En este ejemplar me fijo sobre todo en el tema de la memoria y el olvido, una lucha abierta todavía. En este país tenemos poca memoria", lamenta.

Cuando sólo se estudia a tres autoras hay riesgo de que el joven no tenga referentes femeninos"Jairo García Jaramillo Profesor de Literatura

En el ensayo, donde el profesor de Literatura dedica una extensa parte a explicar el contexto histórico en el que se desarrollaron estas escritoras, se habla de varias mordazas: la primera de todas el sistema patriarcal. "La mujer está empoderándosey ellos, que son hombres de su tiempo, dudan. Piensan que eso va a descolocar los roles, que puede causar un cierto desorden social. Le tienen miedo a eso, un miedo muy burgués, a que las cosas cambien", opina.

De hecho, si alguna de ellas mostraba excesivo talento se las masculinizaba. "El propio Ortega decía que si las pensadoras griegas tenían un talento especial es porque llevaban un hombre alojado, un talento macho", señala. Incluso, muchos de ellos se olvidan de las artistas durante su exilio a raíz de la Guerra Civil y la posterior proclamación de la dictadura franquista. "Ese olvido no es voluntario, hay razones inconscientes. Para ellos eran algo así como aficionadas, pero al arte con mayúsculas es el que escribían ellos. Ponen distintas excusas". Tània Balló, una de las artífices del importante proyecto memorialístico Las Sinsombrero, escribe que "sus amigos y compañeros, tan modernos y transgresores, no pusieron mucho empeño en hablar de ellas en sus esperadas memorias".

El profesor de Literatura defiende no sólo el papel y el compromiso de estas escritoras en un período clave para la historia española como la Segunda República, sino también la calidad de sus obras, a la altura de la de los hombres y "por encima de algunos autores de segunda fila de la generación". La poeta vitoriana Ernestina de Champourcín despertaría la envidia de Federico García Lorca. "Hay una carta que le escribe a Melchor Fernández Almagro Merchorito, su amigo, y le pone: ¡Quién fuera Ernestina! Melchor le hace una reseña a ella. Siente envidia porque no le hace caso a él", cuenta.

El investigador piensa que "a la hora de construir el canon y la historia literaria ellas no cuentan. Esto sería el olvido. Pero luego está la desmemoria. La desmemoria son políticas concretas, en el caso del franquismo, 40 años de ninguneo de todo lo que tuviera que ver con la República, incluidas las mujeres, devueltas a las casas. Luego en la Transición se reconstruye la historia de ellos", reflexiona. El problema, según cree Jaramillo, lo tienen quienes hacen las leyes. "No se trata de tener buena voluntad, sino que el problema de la escuela es un problema estructural", señala. Las mujeres escritoras del 27 están fuera de los currículos. Estudiamos a tres autoras como mucho, y siempre las mismas. "Cuando esto pasa se corre el riesgo de que los jóvenes no tengan referentes femeninos y de que piensen que su ausencia está justificada", alerta. El autor propone lo siguiente: "No queremos suplantar a los que ya están. No es que no queramos que se estudie a Lorca o a Alberti, sino incluirlas a ellas. Ofrecer un espectro más amplio. No quiero que Concha Méndez esté antes que Federico. Quiero que se estudien a los dos".

Memoria contra el olvido es un altavoz para Rosa Chacel, María Zambrano, Concha Méndez, Champourcín y tantas otras escritoras de la Generación del 27 que muchos esperan, estén pronto en los libros de texto de colegios, institutos y universidades, a la vera de sus compañeros, sus iguales. "No hemos creído nuestra propia mentira, que es que la generación del 27 la formaron sólo hombres. La escuela pueden cambiar muchas cosas de las que pasan en la realidad", concluye.

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