Cultura

Viaje con nosotros

Penúltimo gran éxito del world cinema amable y conciliador que se pasea con éxito por las carteleras internacionales, título envuelto en una rentable polémica a propósito de su rechazo como representante de Israel para los Oscars por estar parcialmente hablado en inglés, filme ganador de un par de premios (mejor actor para Saleh Bakri; mejor director revelación para Eran Kolirin) de la Academia Europea del Cine, La banda nos visita intenta aproximar la estética minimalista y el lacónico humor visual de un Jim Jarmusch o de un Aki Kaurismäki (en concreto de sus filmes viajeros protagonizados por los inefables Leningrad Cowboys) a una entrañable historia de intercambio cultural diseñada para encandilar a públicos amplios y sensibles con una calculada dosis de exotismo envuelto en esquemas dramáticos universales de probada eficacia.

Así, la llegada de una disciplinada banda de música militar egipcia a un pequeño pueblo perdido en mitad del desierto de Israel es el pretexto ideal para el encadenamiento de secuencias cuya comicidad descansa sobre el singular hieratismo de sus personajes, almas solitarias y enamoradas, el choque de lenguas y tradiciones (a pesar del inglés conciliador que todo lo arregla) y, muy especialmente, sobre su peculiar ubicación dentro del plano, siempre precisa para que surja el pertinente chiste visual sobre la (in)comunicación y otras tristezas de siempre.

Lástima que la postiza e inevitable deriva sentimental de la cinta, empeñada en hacernos creer en el amor y la bondad sin fronteras, acabe por restar fuerza, originalidad e interés a una prometedora y divertida premisa de arranque.

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