Los diestros españoles José Tomás y José María Manzanares y el colombiano Sebastián Vargas salieron a hombros, al cortar un total de ocho orejas en la Plaza de Santamaría de Bogotá. Los matadores lidiaron un encierro de Las Ventas del Espíritu Santo, propiedad de César Rincón, -el quinto fue indultado- y ante una plaza llena de aficionados que saborearon el mejor toreo en una corrida inolvidable.

Vargas supo responder al enorme reto de enfrentarse a sus compañeros de terna, con la fortuna con un toro de indulto. Al conjuro del nombre de José Tomás, que se presentaba, se agotaron los billetes. El diestro cumplió cabalmente. Manzanares hizo recordar las virtudes toreras de su padre, haciendo una faena de ensueño al sexto.