Cultura

Tirando del hilo

  • Désirée Ortega documenta la historia de La Tía Norica, la popular compañía de títeres creada a finales del XVIII

Indagar en la historia de La Tía Norica, reconoce Désirée Ortega, ha resultado apasionante. Especialista en artes escénicas, doctora en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla, Désirée Ortega, gaditana de nacimiento, habla con entusiasmo de su investigación sobre esa compañía profundamente ligada a la historia de Cádiz, en torno a la cual realizó su brillante tesis doctoral -obtuvo un sobresaliente cum laude- para la Hispalense.

De su amplia labor investigadora ha surgido una fiel reconstrucción histórica de La Tía Norica, que Ortega califica como "la tradición de títeres más importante de España y de Europa, con más de 200 años de antigüedad". Historia crítica y revisada de La Tía Norica de Cádiz, el título de su estudio, da a conocer la trayectoria del personaje, de la compañía, de sus obras y de sus titiriteros y de las raíces y la evolución del teatro de títeres en España.

Varios años ha dedicado la investigadora a bucear en decenas de archivos y hemerotecas para rescatar cualquier dato relativo a La Tía Norica: el Archivo Municipal de Cádiz, el Provincial, el de la Catedral, el de Diputación, archivos parroquiales y particulares, la Biblioteca Nacional o la hemeroteca de Diario de Cádiz -junto a otros periódicos, ya desaparecidos, como Diario Mercantil y Redactor General- han sido algunas de las fuentes de donde ha surgido el caudal de información que Ortega ha compilado y ordenado en las más de 400 páginas de su tesis.

Las fuentes escritas le han permitido confirmar la existencia ya en 1815 de un teatro propio y estable para la compañía, a cargo entonces de Pedro Montenegro, un artista y carpintero gaditano del XIX que construyó ese espacio escénico en su casa familiar, en el número 10 de la calle Compañía. La agrupación de títeres, no obstante, hunde sus raíces "casi con toda probabilidad", dice, en los últimos años de un siglo tan floreciente para Cádiz como fue el XVIII.

La prensa escrita le ha permitido a Désirée Ortega contar con una fuente directa y fidedigna de primer orden, pero también manejó otras fuentes documentales, como los permisos de representación hallados en algunos archivos. De toda su investigación concluye Désirée Ortega que Pedro Montenegro, que participó en la defensa de la ciudad frente al asedio napoleónico, fue el creador de La Tía Norica, el personaje, que pudo derivar en Norica de los nombres de Nora o Eleonora, y llamado a ser con el paso del tiempo uno de los más populares de Cádiz. Tuvo este carpintero una docena de hijos de su matrimonio con Dolores Jalpón, y la doctora considera que hasta cuatro generaciones de esta familia mantuvieron su relación con estos títeres.

La tesis confirma que la compañía fue una asidua de la llamada Feria del Frío, fechada entre la Inmaculada del 8 de diciembre y la Candelaria del 2 de febrero, con sus clásicos Autos de Navidad. Pero el repertorio de la compañía ha sido más amplio, pues además de estos autos propios del teatro clásico español representaba con gran repercusión popular sainetes costumbristas, piezas musicales, pasillos cómicos y obras de teatro infantil.

Désirée Ortega ha logrado tirar del hilo de estos títeres hasta constatar que su existencia y sus representaciones tuvieron continuidad a lo largo de los años, con pocas épocas de interrupción de las representaciones. Y ha logrado otro de sus objetivos: explicar la historia de la compañía en relación con el Cádiz de cada momento, de manera que ha llegado a fijar cómo los grandes avances técnicos -la luz eléctrica, por ejemplo- se fueron incorporando a las funciones. Su trabajo ya ha dado sus primeros frutos, y la investigadora ha participado en un simposio de títeres en San Sebastián.

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