La presencia de las bases militares extranjeras en territorio español representa un anacronismo en un mundo en el que los usos bélicos han cambiado de forma radical en las últimas décadas. Además, generan una difícil convivencia con la población civil de su área de influencia. Esta es la base argumental sobre la que el periodista y escritor algecireño Juan José Téllez ha construido su nuevo libro, Sin ninguna base, un análisis desde una perspectiva crítica de tales instalaciones de defensa. El autor se centra en tres de ellas, la británica de Gibraltar y las estadounidenses de Rota y Morón.

"Es lo que yo llamo periodismo militante", se refiere Téllez a una obra que, publicada por la editorial Atrapasueños, hoy dará a conocer en Conil y que también tiene intención de presentar en Algeciras y en Gibraltar. "Mi militancia tiene que ver con la búsqueda de nuevos horizontes de libertad y utopía. Yo intento defender la tesis de que en una época en la que todo se cuestiona las políticas de defensa siguen siendo incuestionables y eso me parece raro, como también me parece extraño que nadie se plantee la idoneidad de las bases dentro de esas políticas de defensa", precisa.

Las bases, en consideración del autor, "podrían ser útiles en guerras convencionales", pero "ahora mismo las tensiones que se están suscitando en torno a norte y sur, entre el yihadismo y el mundo occidental, no tienen que ver con guerras y ejércitos convencionales". "¿Qué puede hacer una base militar convencional contra un muyaidín que pretenda deflagrarse a la búsqueda del paraíso perdido?", se pregunta el algecireño. "Es bastante paradójico que en un momento en el que Estados Unidos mantiene una supremacía indiscutible a escala mundial sigamos manteniendo una serie de instalaciones militares que ni siquiera desde esa perspectiva ultradefensiva tienen ya demasiado sentido".

En este contexto, Téllez se propone llamar la atención sobre un aspecto muy concreto. "Lo habitual es que nos hablen del miedo, lo frecuente es que estemos dispuestos a ahorrarnos presupuestos en educación, servicios sociales o sanitarios, pero que no toquemos un duro en defensa. Tendríamos que tomarnos un cierto tiempo muerto para analizar si este tipo de bases tiene sentido", subraya.

El algecireño nutre las páginas con profusión de historias, las muchas que se han producido durante la larga historia del centro geoestratégico gibraltareño y desde los acuerdos hispanoamericanos de 1953 que dieron lugar a la utilización estadounidense de las bases de Rota y Morón, los cuales, advierte el autor, deben ser revisados este año. Téllez hace mención, por ejemplo, a episodios como el de que la población de Gibraltar en su conjunto fuera evacuada durante la Segunda Guerra Mundial o que un comando argentino tratara de atentar contra la Royal Navy en el Peñón durante la guerra de las Malvinas. También concede su espacio al fenómeno del espionaje o a la propia presencia militar española en la zona del Estrecho.

Al lector de la comarca le interesará de manera especial lo concerniente al enclave gibraltareño. "La base de Gibraltar ha visto disminuir su rango en la estructura de la OTAN durante los últimos años y también Gibraltar ha visto disminuir los ingresos que percibía por la presencia militar en el Peñón", destaca Téllez.

"El dinero que generaba hasta los años 80 todo el despliegue militar en Gibraltar a la economía de la Roca era superior al 60% del PIB y hoy apenas roza el 9%. Tuvo mucho que ver la privatización de los servicios complementarios de defensa que llevó a cabo Margaret Thatcher en los años 80 después de la guerra de las Malvinas y que llevó a que muchas instalaciones, entre ellas el astillero militar y el arsenal de Gibraltar, se vieran cerradas", expone. "Gibraltar ha tenido que aprender a sobrevivir económicamente al margen de la base y, oh sorpresa, ha podido hacerlo. Yo creo que es una lección para aquellos que piensan que puede ser una ruina el día que los estadounidenses se marchen de Rota o de Morón. Hay vida inteligente más allá de los misiles".