Durante dos noches en la ciudad más meridional de Europa se ha respirado cultura, ocio y diversión. Lo principal es que se podría decir que en Tarifa no cabía, de forma metafórica, ni uno más. Las calles volvieron a ser un reguero constante de ciudadanos, no sólo de turistas que habitualmente llenan casi al completo la localidad, sino de campogibraltareños que se acercaron a la ciudad vecina para sumarse a su Noche en Blanco 2014.

Con éxito de asistentes Tarifa se convirtió de nuevo en el epicentro de la cultura comarcal aglutinando entre sus diferentes escenarios montados, patios y tiendas cientos de personas. Música, pintura, danza, proyecciones audiovisuales, fotografías, teatros callejeros, y todo bañado de un color blanco, que además muchos cumplieron tras las peticiones expresas en los últimos días por parte del Ayuntamiento.

Decenas de puestos se acomodaban en diferentes puntos, además que se adueñaban místicamente de las plazuelas. Una guitarra sonando a medio metro, un actor con la cara pintado y todo, bajo una espectacular luna llena.