Cultura

Rocky, ese venerable anciano

  • Sylvester Stallone vuelve a ponerse el chándal gris para la séptima entrega

Ya está en marcha el rodaje de Creed, la que será la séptima entrega de la serie de Rocky Balboa. Las primeras imágenes muestran a Sylvester Stallone en las escalinatas del museo de arte contemporáneo de Philadelphia, las mismas en las que ha terminado todos y cada uno de sus entrenamientos a lo largo de las casi cuatro últimas décadas. "Te va a encantar Picasso", le dice su hijo cuando le descubre que justo detrás de donde culmina sus carreras también hay cuadros de valor. "Bueno, me gusta casi todo el mundo", responde.

El Potro Italiano está visiblemente envejecido, en este caso por exigencias del guión, aunque lo cierto es que cumplirá 70 años en 2016, con lo que con dejar de teñirse el pelo habría tenido de sobra. Mucho se ha especulado sobre las razones de este Rocky anciano, incluso se ha llegado decir que afrontará en el filme la prueba más dura de su vida enfrentándose al temido cáncer. Es la misma enfermedad de la que enviudó de su adorada Adrian, su compañera en las duras, en las maduras y en las moradas tras sus combates.

Creed, que estará dirigida por Ryan Coogler, tendrá como coprotagonista a Michael B. Jordan, que interpretará al hijo del campeón del mundo de boxeo Apollo Creed. Cuando decide seguir los pasos de su padre se dirigirá a Philadelphia para que Rocky Balboa salga de su retiro y le ayude en el entrenamiento. Y el Potro, que es un sentimental, se hará cargo del vástago de su primer rival, el que le eligió para el gran combate cuando era un matón de medio pelo pese a las sabias advertencias de su entrenador, que no quería que se enfrentase a un boxeador zurdo. Al final gana Apollo a los puntos, pero en la segunda entrega Rocky le hace morder el polvo. En la tercera parte se hacen íntimos para que Rocky recupere el cinturón ante Clubber Lang y, en la cuarta parte, Creed muere en su combate contra el ruso Ivan Drago. A Rocky le queda la espina de no haber tirado la toalla a tiempo, pero su amigo, ya casi noqueado, le había pedido que no lo hiciera bajo ningún concepto. Y aquí llega uno de los montajes más memorables de la saga, con el Potro conduciendo su descapotable con el tema No Easy Way Out, de Robert Tepper, mientras recuerda su vida y la de Apollo y se gana la retirada de todos los puntos del carnet por exceso de velocidad. Después venga su muerte en Moscú y consigue que hasta el polit buró se levante para aplaudirle, lo que entra de lleno en el género de la ciencia ficción.

Curiosamente, Burgess Meredith, que encarna en las tres primeras entregas al cascarrabias Mickey Goldmill, el entrenador de Rocky, tenía también 70 años cuando tomó las riendas de la carrera del púgil. De él aprendió a desenvolverse dentro y fuera del ring, valores que intentó transmitir por su parte a Tommy Gunn en la quinta entrega. Pero el pupilo le salió rana, aunque le puso por delante de su propia familia, como le dice su cuñado Paulie antes de la pelea callejera entre maestro y aprendiz con la que cierra Rocky V.

Esta película supuso el regreso tras las cámaras de John G. Avildsen, el responsable de la primera parte que se llevó el Oscar a la Mejor Película en 1977 por delante de Taxi Driver, de Martin Scorsese. Estrenada en 1990, es considerada una de las más flojas, pese a que tiene un flahsback memorable protagonizado por Stallone y Burgess Meredith. "La naturaleza es más sabia de lo que se cree, poco a poco perdemos a los amigos, lo perdemos todo hasta que decimos qué demonios hago aquí, no tengo razones para continuar. Pero contigo tengo razones para seguir viviendo, voy a estar vivo y nunca te abandonaré porque, cuando te deje no sólo sabrás pelear, también sabrás cuidarte fuera del ring". Después de este discurso, Mickey le regala su objeto más preciado, un gemelo con la forma de un guante de boxeo que le dio Rocky Marciano. "Si alguna vez te hieren y sientes que te vas caer, este ángel te gritará 'levántate hijo de perra', porque Mickey te ama". Si a esta conversación se le añade la música que compuso Bill Conti, no hay que avergonzarse si aparecen dos inesperados lagrimones.

Sólo queda por ver si aparecerá Paulie, el mítico cuñado de Rocky, el único que ha estado junto al púgil en todas las entregas y que, aunque se lo había merecido en más ocasiones, sólo recibió un directo a la boca en la quinta entrega. Para muchos, Rocky Balboa fue el perfecto epílogo de la serie, pero con Stallone, que también prepara Rambo V, el chicle siempre se puede estirar un poco más...

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