Crítica de Cine

Postalita madura

Pocas actrices tan limitadas como Diane Keaton dejarán tan honda huella en la historia del cine gracias a sus encuentros con Woody Allen y Coppola en el para ella mágico año 1972 en el que rodó Sueños de un seductor con el primero y El padrino con el segundo. Con Coppola repitió en el 74 (El padrino II) y en el 90 (El padrino III, penoso cierre que Coppola debió haberse ahorrado). Con Allen, de quien fue pareja, trabajó desde 1972 hasta 1993. Aparte de estas películas y la mal envejecida Buscando al señor Goodbar de Brooks (1977: otro año de gloria para ella porque también fue el de Annie Hall), su extensa filmografía es tan mediocre como esta discreta, aseada y cursilona Una cita en el parque en la que Diane Keaton repite su personaje preferido en estos últimos años: la mujer madura -¡y tanto, como que tiene 71 años!- bien conservada que disfruta el brillante otoño de su vida o se sobrepone a circunstancias desafortunadas hasta lograr disfrutarlo.

El de esta película es el segundo caso. Una rica pero triste y venida a menos viuda americana residente en el precioso barrio londinense de Hampstead -uno de los más caros del mundo- recobra las ganas de vivir gracias a su relación con un yayo flauta okupa que vive en el famoso parque asilvestrado de Hamsptead Heath. Llena de temas más o menos importantes, que van de la autoayuda a la especulación inmobiliaria, la película intenta salvar lo poco creíble de su trama con unas imágenes maravillosas de Londres, del barrio y del parque -este es su mayor valor- y las interpretaciones esperables en sus protagonistas, para quienes la película está hecha a la medida: Diane Keaton intensa, digámoslo así, y Brendan Gleeson rudo por fuera y osito por dentro. Desgraciadamente no logran hacernos creer que creen en sus personajes y en su relación. Dirige con tono superficialmente amable la película el especialista en amores maduros Joel Hopkins, realizador de Nunca es tarde para enamorarse, otra postal londinense en la que la pareja otoñal la formaban Dustin Hoffman y Emma Thompson.

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