La delegada municipal de Cultura de Sevilla, Maribel Montaño, tratará este año de dar un espaldarazo a la negociación con el coleccionista Mariano Bellver, que ofreció su amplio catálogo de pinturas del siglo XIX (una de las más selectas completas de Andalucía) a la ciudad. Esta colección se expondría, dice Montaño, en su actual ubicación, próxima al Museo de Bellas Artes, o en otro espacio, "siempre a disposición de los sevillanos". Si las negociaciones fructifican, el horizonte es prometedor: Sevilla se convertiría (junto a Madrid, Barcelona y Bilbao) en una de las ciudades españolas con mayor oferta pública de obras realizadas en el XIX, un periodo de moda en la historiografía actual -tras muchos años de menosprecio- y que cada vez es más importante en las pinacotecas.

El propio alcalde, en reacción a lo publicado por este diario, aseguró que está "muy interesado" en que estas conversaciones lleguen a buen puerto. Alfredo Sánchez Monteseirín pretende que la colección de Bellver contribuya "al crecimiento cultural de la ciudad en el ámbito de la pintura, del arte y de la cultura". Y la delegada de Cultura agradece ahora al discreto coleccionista "su generosidad".

El objetivo es, por tanto, que Sevilla cuente con dos buenos espacios consagrados a la la pintura del siglo XIX, el de la colección de pintura andaluza de la baronesa Thyssen y el de los fondos de Bellver, que aportaría un más de 130 obras.

Mariano Bellver, hijo de padres madrileños, nació en Bilbao hace alrededor de 80 años e inició su colección hace casi medio siglo (45 años), con la compra de su primera obra: San José dando de comer a los pobres, de José de la Vega, que adquirió por unas 300.000 euros. Desde entonces ha ido recopilando "poco a poco" sus cuadrados hasta completar una colección de unas 200 obras relacionadas con el costumbrismo sevillano, "algunas de las cuales se muestran ahora para que la ciudad los viva, comprenda y se sensibilice con los trabajos que hicieron los artistas de esa época", dijo hace un tiempos el entonces director del Museo de Bellas Artes, Enrique Pareja, con motivo de una exposición.

Con el paso del tiempo, las adquisiciones por parte de Mariano Bellver de los trabajos se ha ampliado a los pintores andaluces de esa misma época, convirtiéndose en "la mejor muestra privada del arte pictórico andaluz del siglo del Romanticismo", decía Enrique Pareja.