Cultura

Mercedes Salisachs, adiós a la decana de las letras españolas

  • La escritora catalana, premio Planeta en 1975 por 'La gangrena', falleció ayer a los 97 años después de una carrera literaria forjada en más de seis décadas

"En la actualidad, hay muchos escritores que no lo son". Así se expresaba en 2005 la escritora Mercedes Salisachs, una mujer de fuerte personalidad que hablaba sin tapujos, quien, aunque prolífica y pionera, siempre estuvo alejada del mundillo literario por sus propias circunstancias vitales. Los 97 años que tenía la acreditaban como la escritora (Barcelona, 1916) más longeva de todo el mundo y como una autora que ha estado trabajando hasta última hora para publicar un libro de pensamientos, fragmentos y reflexiones que había titulado Momentos.

Salisachs, que ha completado una carrera literaria de casi 60 años, desde que publicó Primera mañana, última mañana, en 1955, oculta tras un seudónimo, se mostró siempre crítica con el nivel de la literatura española, con "muchos escritores que no lo son, bien porque hay mucha afición a querer escribir o porque otros les escriban libros y ellos pongan el nombre". Si en los años de la Dictadura, Salisachs (que tuvo casa en Marbella desde 1971 hasta 1988) se mantuvo alejada del mundillo literario, porque entonces estaba mal visto que una mujer de la burguesía industrial catalana se dedicara al arte de la escritura, siempre percibido como propio de bohemios, con la democracia mantuvo ese aislamiento, pues sus ideas conservadoras y católicas la alejaron de las nuevas generaciones emergentes.

El palacete del paseo de Gracia en el que ha vivido Salisachs era la mejor tarjeta de presentación de su vida personal y del mundo literario que recreaba, con amplios salones, una biblioteca de película, mesas con manteles bordados, cubertería de plata y servicio doméstico con cofia. A la tumba se lleva un gran deseo que nunca pudo ver hecho realidad: que se llevara al cine alguna de sus novelas. El productor Pepón Corominas murió de cáncer un mes después de haber decidido adaptar La gangrena, recordaba Salisachs. La escritora barcelonesa, que murió ayer a los 97 años, tenía su director cinematográfico favorito, José Luis Garci, al que consideraba "muy sensible" y el realizador perfecto para adaptar su novela El secreto de las flores, pero no fue posible.

Salisachs, más valorada literariamente fuera de España que en su propio país, había sido directora editorial de Plaza y Janés y vicepresidenta del Ateneo de Madrid junto con Juan Antonio Vallejo Nájera. Acabado de publicar El cuadro, confesaba que seguía escribiendo, porque tenía "muchas historias que contar", e iba más lejos en su reflexión: "Sin la escritura habría enfermado, me habría encerrado en mí misma".

Ni los achaques de la edad ni los accidentes domésticos la alejaron de la literatura y de la lectura diaria de la prensa, una fuente inagotable, había dicho siempre, de historias para nuevas novelas. Es el caso de la marcha de los reyes con la llegada de la República, que luego reflejó en Goodbye España, o la muerte de su hijo en un accidente de moto, que inspiró su obra más popular, La gangrena, con la que ganó el Premio Planeta, un longseller que aún hoy se vende en las librerías. En 2004, cuando la escritora ganó el premio Fernando Lara de novela por su obra El último laberinto, en Sevilla dijo sentirse "vejada" por la proliferación de obras banales, de libros de "usar y tirar". También aludió a la creciente aparición de libros "escritos por negros, que luego los firman señoras que salen en el Hola o en el Lecturas", una situación que ella tildó de "dura" y "vejatoria".

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