Cultura

Mel Gibson cuenta la historia de un héroe desarmado en plena guerra

  • El intérprete presenta en Venecia, fuera de concurso, su nuevo filme El actor argentino Óscar Martínez brilla en la Sección Oficial

Diez años después de Apocalypto, Mel Gibson ha vuelto a la dirección con Hacksaw Ridge, la historia de un soldado (interpretado por Andrew Gardfield) que, sin armas e inspirado por su fe, asistió a sus compañeros heridos en el "infierno" de la II Guerra Mundial.

En el Festival de Venecia, donde la cinta se presentó fuera de competición, el actor y director dijo ayer que, aunque odia las guerras, conviene "honrar a quienes se sacrifican" en ellas.

Gibson ha vuelto a ponerse detrás de la cámara para narrar la historia real de Desmond Doss, el primer objetor de conciencia del ejército de Estados Unidos en ser condecorado por salvar a 75 compañeros heridos en la sangrienta batalla de Okinawa de la II Guerra Mundial.

Doss se embarcó en el conflicto con el propósito de ejercer como médico de campaña y lo hizo completamente desarmado, ya que en su infancia juró a Dios que nunca tocaría un arma al sufrir en su propio hogar la violencia de su padre. Estas intenciones chocaron con la férrea disciplina castrense estadounidense, que no admitía que un soldado fuera a la guerra sin empuñar un arma, por lo que Doss debió afrontar un juicio antes de saltar al campo de batalla y pasar a la historia.

"En mi opinión va de un hombre real que hace cosas extraordinarias en unas condiciones extremadamente complicadas. Eso es lo que hace a una historia legendaria. Es una historia singular, la de un hombre en el peor escenario posible, en medio de un infierno terrenal", declaró en una rueda de prensa el realizador.

Gibson afirmó que su figura le inspiró, ya que el protagonista "estaba desarmado, sólo tenía su fe y sus convicciones. Éstas son las historias que debemos narrar, las de estos héroes", consideró.

En la Sección Oficial dejó un gran sabor de boca El ciudadano ilustre, una comedia incómoda de los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, que tienen en el reparto a un enorme Óscar Martínez, al que no sería raro ver como mejor actor en el palmarés.

La película es la historia de Daniel Mantovani, un premio Nobel de Literatura que decide volver a su pequeño pueblo natal argentino para ser nombrado ciudadano ilustre. Una premisa que "empieza como una película amable y luego se va ennegreciendo un poco", precisa Duprat. Con ella los directores querían plantear "dilemas donde el público tiene que tomar posición. Ahí reside la chispa de la película", asegura Cohn.

Martínez está en cada una de las 138 escenas que la componen. "Es un actor extraordinario y tal vez nunca había tenido un rol en el cine de la categoría que le correspondía", señala Duprat sobre un intérprete que ha participado en películas como Relatos salvajes o El nido vacío, por la que ganó la Concha de Plata en San Sebastián.

Lo más difícil era, dice Martínez, "cómo hacer para que a los diez minutos no estén cansados de verme, cómo sorprender y hacer que el personaje siga resultando atractivo. Era un desafío".

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