Cultura

León de Oro para el documental 'Sacro Gra' de Gianfranco Rosi

  • El cine de no ficción, que participaba por vez primera en la competición oficial, triunfa en la 70 edición de la Mostra de Venecia

El Festival de Venecia cumplió 70 años dando la espalda al cine de ficción y entregando el León de Oro a Sacro Gra, un documental del italiano Gianfranco Rosi. "Jamás pensé recibir un premio así de importante por un documental. Para mí había sido ya todo un logro entrar en la competición", dijo ayer al recibir el galardón.

"Ha sido realmente un acto de valentía", agregó el realizador (Eritrea, 1964) en referencia a la apuesta este año del certamen de incluir por primera vez este género en competición. "El documental es cine, así que no tenemos que tener miedo de esa palabra".

El Gra es el Grande Raccordo Anulare, la carretera de circunvalación que rodea Roma y la principal autopista urbana de Italia. Rosi estuvo recorriéndola palmo a palmo durante dos años, captando con su cámara personajes marginales e invisibles que viven fuera de la ciudad eterna que millones de personas visitan al año. Así el espectador conoce a un pescador de anguilas en el Tíber, a un aristócrata que alquila su palacio a turistas, o un botánico que investiga las larvas de las palmeras con un sistema de ultrasonido, entre otras personas peculiares. Casi todas ellas acudieron al certamen veneciano para apoyar al realizador. "El Gra se convierte en una excusa narrativa" para retratar a estos personajes, explicó el realizador cuyo último trabajo fue el polémico documental-entrevista con un sicario mexicano arrepentido (El sicario Room 164).

El presidente del jurado, Bernardo Bertolucci, dijo al inicio del certamen que esperaba sorprender con el palmarés y así fue no sólo con la decisión de dar el máximo galardón a un documental sino también por dejar fuera del premio de interpretación a Judi Dench. La Copa Volpi fue a manos de la italiana Elena Cotta, una veterana actriz de teatro de 82 años y con escasa presencia en el cine.

Cotta, que dedicó el premio a su marido con quien acaba de celebrar las bodas de diamante, acudió al certamen italiano de la mano de una debutante, la directora de teatro siciliana Emma Dante, autora de Via Castellana Bandiera. También es casi debutante el griego Alexandros Avranas (Larissa, 1977), quien con su segunda película, Miss Violence, se alzó con el León de Plata a la mejor dirección. Su protagonista, Themis Panou, fue distinguido además con el premio al mejor actor. Encarna a un abuelo manipulador y dominante que abusa de su hija y de sus nietas. La película arranca con una impactante escena, el suicidio de una niña de 11 años el día de su cumpleaños. Miss Violence está inspirada en hechos reales acaecidos en Alemania.

Otro de los galardones acogidos en parte con asombro fue el Gran Premio del Jurado concedido a Stray Dog, del chino de origen malayo Tsai Ming-Liang. Tsai, que confirmó en Venecia que deja de dirigir porque se niega a adaptar su cine a las imposiciones rítmicas del mercado, dividió a la crítica con su elogio a la lentitud en esa cinta con largos planos fijos. También consiguió polarizar a los espectadores el alemán Philip Gröning, que aborda la violencia de género con Die Frau des Polizisten, una cinta en la que el director introduce poco a poco al espectador en el hogar de una joven familia de provincia, en la que el marido, un policía, pega a su mujer. El director divide la película en casi 60 capítulos, una apuesta estética que no fue especialmente bien recibida pero se alzó ayer con el Premio Especial del Jurado. Y la ovacionada Philomena, de Stephen Frears, se llevó un premio de consolación: el de guión.

En resumen, la 70 edición del Festival de Venecia bajó el telón con un respaldo claro a un cine de autor más radical, salvo en el caso de Frears, realizador de calidad pero más convencional.

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