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Javier Sierra conquista el Planeta con una historia en torno al Santo Grial

  • El popular autor se hace con los más de 600.000 euros del premio por 'El fuego invisible'.

  • Cristina López Barrio, finalista de una edición marcada por las tensiones políticas en Cataluña.

Javier Sierra conquista el Planeta con una historia en torno al Santo Grial

Durante años fue un nombre constante en las quinielas, pero no fue hasta anoche cuando Javier Sierra (Teruel, 1971) se hizo al fin con el Premio Planeta por El fuego invisible. El autor narra en la novela la peripecia de un joven profesor, afincado en Dublín y nieto de un célebre escritor fallecido, que durante una breve estancia en España se verá envuelto en una misteriosa trama que tiene como objetivo hallar el verdadero origen de un objeto capaz tanto de atraer a poderosos enemigos como de crear mundos nuevos: nada menos que el Santo Grial. Un texto del que Juan Eslava Galán, uno de los integrantes del jurado y como Sierra habituado a las intrigas históricas, destacó su "tremenda erudición" así como su "acción trepidante en muchos escenarios españoles".

"El fuego invisible es algo que llevamos dentro, que tenemos que descubrir", dijo el autor. "En la palabra reside el poder de la civilización; es en su uso donde está el origen de la bondad y la maldad", añadió Sierra, que debutó en la ficción en 1998 con La dama azul, en la que ahondaba en la biografía de María Jesús de Ágreda, una religiosa del siglo XVI a la que se le atribuye la capacidad de estar en dos lugares a la vez, un fenómeno conocido como bilocación, y en esa su primera novela el autor ya mostraba su interés por los temas sobrenaturales y los enigmas que encierra la Historia, ámbitos que ha explorado también como periodista en la publicación Año Cero, que él fundó, y en populares programas televisivos como Cuarto Milenio.

Javier Sierra, con el premio en las manos. Javier Sierra, con el premio en las manos.

Javier Sierra, con el premio en las manos. / EFE

Una línea en la que continuaría con obras como El secreto egipcio de Napoleón (2002), que reescribiría más tarde y publicaría en 2014 con el nombre de La pirámide inmortal. En 2004 fue finalista del Premio Ciudad de Torrevieja con La cena secreta, en la que recreaba el momento en que Leonardo Da Vinci pintó La última cena, cuya lectura poco ortodoxa de los Evangelios vincula al genio renacentista con la tradición cátara. Con esta propuesta, que se convirtió en un fenómeno internacional y se editó en más de 40 países, Sierra se consagró como un creador tremendamente ameno, capaz de conectar con un amplio sector del público. Más tarde, el autor volvería a las librerías con El ángel perdido (2011), otra intriga sobre unas piedras legendarias que transcurre entre Santiago de Compostela y el monte Ararat, y con El maestro del Prado (2013), novela en la que combinaba alguno de los nombres más importantes de la colección de la pinacoteca con distintas tradiciones mistéricas. En su nueva novela, la obra con la que ha conquistado el Planeta, con el Santo Grial como uno de los elementos esenciales de la trama, transita de nuevo por territorios legendarios.

Pastor, Iceta, Albiol, Arrimadas y el 'conseller' Vila, entre los asistentes a la gala

Por su parte, la escritora Cristina López Barrio se alzó como finalista del premio con Niebla en Tánger, una obra en la que autora y protagonista juegan a mezclar realidad y ficción a partir de un encuentro entre una mujer atrapada en una rutina tediosa con un misterioso hombre. Una aventura en principio de una sola noche... pero que provocará un giro irreversible en la vida de la protagonista. Con este título, amén de embolsarse 150.250 euros, López Barrio realiza un "completo recorrido a través de las emociones de sus personajes".

Javier Sierra: "En la palabra reside el poder de la civilización; en su uso está el origen de la bondad y la maldad"

"Es una novela sobre una mujer que se busca a sí misma", apuntó López Barrio (Madrid, 1970), que se inició en la literatura para el público adulto con La casa de los amores imposibles, una novela centrada en las mujeres de una misma familia, condenadas a los reveses sentimentales. Una obra en la que la autora desarrolló una atmósfera comparable a la de los mundos mágicos de Gabriel García Márquez e Isabel Allende y que terminó siendo publicada en más de 20 países. Tras este sensacional éxito, López Barrio regresó con El cielo en un infierno cabe (2013) y Tierra de brumas (2015). Con este reconocimiento, la escritora -que hasta ahora publicaba en Plaza & Janés- pasa a integrar la nómina de los autores de Planeta.

El jurado del premio, que está dotado con 601.000 euros para la obra ganadora y 150.250 euros para la finalista, estuvo integrado en esta sexagésimo sexta edición por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales. Una convocatoria que ha tenido lugar justo días después del anuncio por parte del Grupo Planeta del traslado de su sede social a Madrid, a causa -como explicó el sábado su presidente, José Creuheras- del clima de "incertidumbre jurídica" que se vive actualmente en Cataluña, y que se reflejó también anoche de algún modo en esta ceremonia. La entrega del premio, a la que suelen asistir representantes de la Casa Real y de los gobiernos central y autonómico, contó anoche con una presencia institucional notablemente más mermada que otros años. Entre los asistentes estuvieron la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, Miquel Iceta, Xavier García Albiol e Inés Arrimadas, líderes respectivamente del PSC, el PP y Ciudadanos en Cataluña, y por parte del Gobierno autonómico, tal vez no casualmente, tan sólo el consejero de Empresa, Santi Vila, uno de los miembros más conciliadores del Govern desde que la tensión alcanzó cotas máximas, se dejó ver en el acto.

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