Cultura

Icíar Bollaín entrelaza la danza y la historia de Cuba en 'Yuli'

Carlos Acosta no quería ser bailarín. Soñaba con ser futbolista. O Michael Jackson. El empeño de su padre fue decisivo para que llegara a convertirse en el primer Romeo negro del Royal Ballet de Londres, tal y como cuenta Icíar Bollaín en Yuli. La película, presentada ayer en la sección oficial del Festival de San Sebastián, está basada en la autobiografía que Acosta publicó en 2007 y entrelaza su complicada historia personal y familiar con el trasfondo de los últimos 40 años de historia de Cuba.

Bollaín explicó en rueda de prensa en el Palacio del Kursaal que la idea original de hacer la película partió del propio Acosta y de la productora Andrea Calderwood, quienes le propusieron a Paul Laverty -guionista habitual de Ken Loach y pareja de Bollaín- hacer el guion. "La historia de Cuba es fascinante", señaló Laverty. "El último decreto de abolición de la esclavitud es de 1886 y el 65 % de la población es descendiente de esclavos; tenía que tocar este tema pero manteniendo el equilibrio con la historia familiar y de padre e hijo".

La cinta, presentada en San Sebastián, se basa en la vida de Carlos Acosta

Acosta no solo es el objeto de la película, también actúa en ella. El relato transcurre en paralelo entre el pasado y el presente, salta de su infancia y juventud ficcionada, con los actores Kevin Martínez y el niño Edilson Manuel Olbera poniéndose en su piel, a su vida adulta, como bailarín y coreógrafo.

Las coreografías, de María Rovira, sirven de enlace entre el pasado y el presente y traducen en movimiento y emoción los episodios más dramáticos de la vida de Acosta, escenas en las que Bollaín alcanza altas cotas estéticas. Hijo de un camionero, Acosta creció en un barrio marginal de La Habana, hijo de un descendiente de esclavos que le inculcó, a veces con violencia, la necesidad de esforzarse más que el resto y que, pese a su bajo nivel cultural, vio claro que el pequeño tenía un don natural para el baile que debía desarrollar a toda costa.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios