Cultura

Un Gaudí detectivesco para una Barcelona convulsa

  • 'G', de Daniel Sánchez Pardos, es la gran apuesta de Planeta de este año tras haber dado mucho que hablar en la Feria del Libro de Fráncfort

Daniel Sánchez Pardos ha querido recordar a uno de los arquitectos más importantes de nuestra historia sumergiéndolo en una trepidante investigación al estilo inglés. Lo hace en G, una novela que recrea los años de juventud de Antoni Gaudí (Reus, 1852 - Barcelona, 1926), que en las páginas de este libro es un joven intrépido, vividor y elegante. Una persona muy diferente a la que luego fue.

"La gente que habla de él siempre menciona sus ojos, dicen que tenía una mirada penetrante", cuenta Sánchez Pardos, autor de varias novelas como El cuarteto de Whitechapel, El jardín de los curiosos o El gran retorno, esta última editada ya bajo el paraguas de Planeta, la editorial que ahora, tras el éxito de G en la última Feria del Libro de Fráncfort -en los próximos meses se publicará en cerca de una treintena de países y en varios idiomas-, ha decidido apostar fuerte por él. "Lo que a mí me gustaría es que el lector se divirtiera. Es una novela que quiere ser entretenida de principio a final, manteniendo la tensión y despertando el interés por la Barcelona de la época. Me gustaría que el lector se interesara por Gaudí, que descubriendo este Gaudí diferente, llegue a descubrir al Gaudí real y lo mejor que tiene, que no es su personaje, sino sus obras", afirma el autor, nacido en la Ciudad Condal en 1979, licenciado en Filología Hispánica y bibliotecario de profesión.

"Se me ocurrió que la mirada de un arquitecto, de alguien que se fija tanto en los detalles, podría aplicarse a la mirada del detective, que utiliza los detalles para dar sentido a las cosas", dice Sánchez Pardos sobre el detonante de la novela, basada, dice, en una labor de documentación. Y es que al fondo de esta historia se extiende, siempre, una ciudad en profundo cambio, palpitante: la Barcelona de 1874, el último año de la Primera República, cuando se puso en marcha la Restauración borbónica. Un escenario que al autor le gustaría que funcionase como el famoso Londres victoriano de finales del XIX, en un continuo homenaje a Arthur Conan Doyle, uno de los escritores más admirados por Sánchez Pardos, gran seguidor de las andanzas de Sherlock Holmes.

Nada tiene que ver el Gaudí que aparece en las páginas de G con el Gaudí huraño, reservado y desaliñado más conocido; ese Gaudí que fue confundido con un mendigo cuando fue encontrado muerto en las vías de un tren. "Puedes imaginar lo que quieras, porque sigue siendo un misterio, se sabe poco más que lo que otras personas contaron sobre él. Gaudí es un personaje en blanco que puedes rellenar dentro del respeto a los datos históricos que se conocen", sostiene Sánchez Pardos, que vio en ese "hombre desconocido, que no escribió nada y apenas tuvo vida pública pero que fue capaz de crear un estilo tan personal y alejado de cualquier canon", un perfecto "personaje misterioso" para su novela.

Con 22 años, Antoni Gaudí estudiaba Arquitectura en una ciudad trémula, repleta de tentaciones y vapuleada por las tensiones políticas. "Como todas las novelas que a mí de verdad me interesan, G es un conjuro verbal pensado para trasladar a sus lectores a un espacio que forma parte a la vez de la realidad y la ficción, un lugar cartografiado en los mapas y validado por los libros de Historia, pero enriquecido también por la imaginación compartida", afirma el autor sobre su novela, ambientada en lugares emblemáticos de Barcelona como las Ramblas, el puerto, el Raval o un Ensanche en plena construcción, pero también algunos de los callejones más "siniestros" de la ciudad.

G, continúa Sánchez Pardos, abarca "todo el espectro social de la época", desde el extracto más pobre y trabajador, del que procedía el que llegaría a ser tan famosísimo arquitecto, a la clase social "más boyante", representada en la novela por su compañero de intrigas Gabriel Camarasa, hijo de un rico hombre de negocios propietario de un periódico que es acusado de asesinato. Por la novela se pasea también Fiona Begg, otra de las protagonistas, una mujer fuerte, excéntrica e independiente, ilustradora en un periódico sensacionalista de la época, que abre la puerta a "lo esotérico, las drogas, el espiritismo y a una visión política anárquica". La experiencia de este personaje (ficticio) en escenarios de crímenes, su inteligencia y su excelente memoria fotográfica la convertirán en la mejor compañera de Gaudí y Gabriel, la insólita pareja de detectives que propone el autor en el libro.

Gabriel Camarasa es el narrador de la historia; un joven amante de la arquitectura y la fotografía al que le gusta "conocer otras formas de pensamiento, pero prefiere seguir acomodado en su acogedora tranquilidad burguesa". Pero cuando se vea obligado a defender a su padre con la ayuda de su amigo Antoni, el futuro y famoso Gaudí, los cimientos de su círculo de confianza comenzarán a temblar.

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