Cultura

Espartaco y Ponce brindan una gran tarde en Pontevedra

  • El sevillano, en la conmemoración de sus 30 años de alternativa, y el valenciano cortan tres orejas · Morante de la Puebla es silenciado en su lote

GANADERÍA: Se lidiaron seis toros de la ganadería de Alcurrucén, desiguales de presentación y juego. El segundo fue premiado con la vuelta al ruedo. TOREROS: Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', oreja y dos orejas. Enrique Ponce, dos orejas y oreja tras aviso. José Antonio 'Morante de la Puebla', silencio y silencio. Incidencias: Plaza de toros de Pontevedra. Casi lleno.

Los matadores de toros Juan Antonio Ruiz Espartaco y Enrique Ponce y Espartaco cortaron tres orejas cada uno en la segunda corrida de la Feria de la Peregrina de Pontevedra, llegando el premio mayor, al valenciano con un toro con mucha clase pero sin fondo y a menos premiado exageradamente con la vuelta al ruedo, y al sevillano con un toro muy bravo, fuertemente ovacionado. Cerró terna el sevillano José Antonio Morante de la Puebla, que se marchó de vacío.

Espartaco cortó las dos del cuarto, un gran toro que se empleó en el caballo en una vara larguísima y que en la muleta repitió de manera incansable, por abajo, con transmisión y clase en la muleta del sevillano, que firmó la faena en los medios, citando la mayoría de las veces por fuera, pero con ligazón. Hubo muletazos largos, sin apreturas, de Espartaco, y tras una estocada desprendida paseó dos orejas y el toro fue ovacionado.

El diestro de Espartinas volvió a conseguir otro trofeo, del primer toro, un astado manso de salida pero que se fue templando y repitiendo cuando se quedó con el sevillano, que firmó una faena periférica y voluntariosa premiada con una cariñosa oreja.

Enrique Ponce cuidó a su primer toro, con el que se empleó bien en la brega su banderillero Mariano de la Viña. El valenciano apostó por el animal y se lo sacó a los medios y comenzó su faena templado, dejando la muleta siempre puesta. Pese a ello, al de Alcurrucén le costó repetir y romper hacia adelante, por lo que tras pasarlo por ambas manos Ponce acortó distancias y recurrió a los circulares, entradas, salidas y remates para concluir su faena. Tras una estocada baja paseó las dos orejas y el presidente sorprendió premiando al toro con la vuelta al ruedo. El quinto fue un toro incierto en los primeros tercios al que Ponce metió en la muleta de forma espléndida en el inicio de faena, con varios muletazos por bajo hasta sacarlo a la segunda raya de gran trazo y poder. Sin embargo, el toro no aguantó cuando el valenciano lo intentó en redondo ni tampoco al natural, por lo que Ponce volvió a tirar de recursos para firmar una faena larguísima en la que sonó un aviso y tras la que paseó una oreja.

Morante no tuvo opciones con el tercero, un manso de libro con el que no pudo hacer nada tras pasarlo por ambas manos. Mató de un bajonazo. El sexto tampoco tuvo nada, se rajó enseguida y Morante lo intentó por ambas manos, aunque no pudo extraer nada.

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