No hay mejor recompensa al trabajo que un sincero agradecimiento. Así se siente Javier Mariscal, joven barreño que ha participado en los últimos tres meses en un proyecto de alfabetización digital. Mariscal ha impartido, en colaboración con la Asociación Cardijn del secretariado diocesano de migraciones, un curso de informática e Internet para inmigrantes. En total, en torno a una quincena de personas han descubierto las posibilidades de las nuevas tecnologías. "Tanto para comunicarse con sus familias como para buscar trabajo o, simplemente, estar al día de lo que pasa en sus países de origen", apunta Mariscal.

"Ha sido una experiencia muy gratificante y hay voluntad de prorrogarla, para que esta primera experiencia sea la base de una formación para este colectivo", destaca el monitor.

Durante los tres meses del curso, que concluyó oficialmente la pasada semana, los alumnos han gestionado un blog donde incluso han colgado fotos para que sus familiares, en muy diversas partes del mundo, pudieran ver cómo viven en España. "Todos se han mostrado muy receptivos, esa es la clave del éxito, querer aprender algo nuevo", concluye.