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"Cualquier artista aspiraría a tener lo que yo tengo"

  • El cantante llega mañana al Auditorio de la Cartuja de Sevilla con 'Estaré', la gira en la que reúne sus viejos éxitos en un "sorprendente" formato acústico

El cantante Miguel Bosé, en una imagen promocional de su nueva gira.

El cantante Miguel Bosé, en una imagen promocional de su nueva gira. / d. s.

En su web personal es necesario hacer varios clics para revisar una discografía en la que acumula más de 20 álbumes, entre los originales y los recopilatorios de los grandes éxitos que ya le acompañaron desde el principio. Corría el año 1977, hace justo cuatro décadas, cuando Miguel Bosé irrumpió con Linda, la versión de la banda de pop italiana I Pooh con la que se revelaba con aires del Tadzio de Muerte en Venecia. Eran tiempos favorables, "una época maravillosa en la que España no sólo empezó a equipararse a Europa en lo musical, sino que pudo al fin tener sus ídolos", recuerda el artista (Panamá, 1956) al otro lado del teléfono.

En ese terreno con sed de estrellas, el hijo del torero Luis Miguel Dominguín y la Miss Italia Lucía Bosé encontró la órbita idónea para liberar su irreverencia y forjar el sello Bosé, que es, dice él, "un sonido, pero también una actitud". De esta forma, construyó una trayectoria marcada siempre por una intención renovadora y rupturista sin la que, se intuye, este ahijado del cineasta Luchino Visconti y criado con Pablo Picasso no entendería el arte: "Lo de Bandido fue una revolución total, un shock de modernidad. Fue una conquista en la que me jugaba mucho, pero tenía claro que lo haría costara lo que me costara. Y tuve la suerte de que la gente se sumó y apostó por lo que yo ofrecía".

La música no está en decadencia, pero ha cambiado el mercado y la necesidad de consumo"

Canciones como Amante bandido marcaron entonces el punto de inflexión para que el cantante fuera tomado en serio por quienes lo veían sólo como un producto comercial para adolescentes. Desde entonces, dio forma a un catálogo de títulos que forman parte del acervo musical de varias generaciones -desde Don Diablo o Te amaré a Como un lobo, Hacer por hacer, Si tú no vuelves, Los chicos no lloran, Morena mía o Nena- que se reúnen de nuevo ahora en Estaré, la gira con la que Miguel Bosé está triunfando este año en Latinoamérica y España y con la que llega mañana al Auditorio Rocío Jurado de Sevilla (22:00).

En esta ocasión, la excusa es MTV Unplugged, una recopilación de gran parte de sus hits que el artista somete a una metamorfosis musical "sorprendente", afirma. De hecho, Bosé reconoce que el formato acústico es algo que siempre ha ido aplazando porque le producía cierto temor: "Mi música no es acústica, es informática, y me daba miedo que se perdiera la esencia", reconoce. Por eso prefirió esperar a tener una carrera consolidada, para poder rodearse de un equipo adecuado para estar seguro de ofrecer "un producto especial", en el que no se ha pretendido reproducir sin más los originales, sino "crear un concepto completamente nuevo".

La mejor forma de sobrevivir al éxito para Bosé es precisamente ésa, "evolucionar" y "dar respuesta a las necesidades que se tienen en cada momento". Del pasado queda "la hemeroteca", asegura entre risas, y una carrera que el cantante no percibe en absoluto para nostálgicos porque, responde categórico, "si le preguntas a cualquier chaval que empieza a qué aspira, te diría que a conseguir lo que yo tengo: el peso de una trayectoria hecha de clásicos que forman parte de la historia del pop español, y esto es un honor para todo artista".

El que fuera presentador del espacio televisivo musical Séptimo de Caballería no es pesimista con el panorama actual. "La música no está en decadencia, lo que pasa es que ha cambiado el mercado y la necesidad de consumo. Ahora se demandan canciones, temas sueltos, y si triunfan varias de un mismo cantante es entonces cuando se empieza a pensar que tal vez sea un artista con futuro", argumenta.

Sobre el concierto que ofrecerá en Sevilla, adelanta que habrá tiempo para dar a conocer las versiones de su último trabajo pero también para escuchar al Bosé de siempre. Y, cómo no, para disfrutar de la mítica Sevilla, "una ciudad a la que le debo tanto". El relato del origen de la que es una de sus canciones más populares lo deja para el directo: "Es una larga historia".

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