Cultura

El Centro Pompidou adopta a Málaga como "laboratorio" para su expansión

  • La colección permanente que acogerá el Cubo del Puerto incluirá más de 80 obras de Picasso, Bacon, Giacometti, Léger, Calder y Kahlo, entre otros artistas desde 1905

En los corrillos armados ayer en el Centro Pompidou de París a cuenta de la presentación de la futura sede malagueña de la institución, el nuevo embajador español en Francia, Ramón de Miguel, apuntaba que la iniciativa "ha reforzado la colaboración cultural entre España y Francia como pocos proyectos lo ha hecho en los últimos años". La expectación suscitada en el acto fue más que notable, con una masiva presencia de prensa francesa y española a pesar de que la nueva ministra de Cultura y Comunicación del país galo, Fleur Pellerin, no acudió a la cita. Sí lo hicieron el resto de convocados: el presidente del Centro Pompidou de París, Alain Seban, y el alcalde Málaga, Francisco de la Torre, además de otros ilustres representantes como el director del Instituto Cervantes en París y antiguo director del Museo Reina Sofía en Madrid, Juan Manuel Boned. Ambos, no obstante, dieron cuenta de sus respectivas intenciones respecto a lo que habrá de acoger el Cubo del Puerto, no siempre plenamente coincidentes, al menos en lo que a permanencia y perpetuidad se refiere. De entrada, el agumento de Seban fue aplastante: el Pompidou Málaga será un "laboratorio" en el que la institución madre francesa invertirá "toda la experiencia obtenida en los últimos diez años, a través principalmente del Centro Pompidou de Metz y el proyecto itinerante Pompidou Mobile, para iniciar una expansión internacional. Como depositarios de la colección de arte moderno y contemporáneo más importante de Europa y una de las mayores del mundo, tenemos el deber de incrementar su valor". El presidente fue aún más explícito cuando señaló a De la Torre que "a pesar de los obstáculos que hemos encontrado, hallaremos la manera de lograr que nuestro empeño se haga realidad en el primer trimestre de 2015".

Pero, en su misma intervención, Seban incidió en un aspecto sobre el que apenas se ha pasado de puntillas desde que De la Torre anunció el proyecto hace diez meses: en todo caso, el Pompidou Málaga será un centro limitado en el tiempo. Tal y como se estipuló en el contrato de colaboración, el Pompidou depositará parte de sus fondos y su logística durante un plazo de cinco años ampliable a otros cinco; a partir de aquí, si la relación entre el Centro Pompidou y Málaga perdura "tendrá que ser, necesariamente, de otra manera y en otras circunstancias, pero ya no en el Cubo, que de he hecho no es un edificio de nueva construcción para evitar confusiones al respecto: estaremos en Málaga a fondo, pero sólo durante un tiempo, porque para desarrollar nuestra expansión en el mundo tendremos que trasladar el laboratorio a otros sitios. Nuestra aventura en Málaga será provisional".

El "laboratorio" en cuestión pretende ser un centro abierto, pegado a la realidad del arte contemporáneo, en la medida, según Seban, "en que debemos preguntarnos cómo podemos tomar el pulso de la creación contemporánea en un contexto cada vez más amplio: por eso tenemos que trabajar en una escala mundial".

De la Torre glosó una imagen de Málaga abierta y cosmopolita, secundada por el propio Seban, que citó los ejemplos el Museo Picasso (con el que el Pompidou ha colaborado en diversas ocasiones, como en la exposición temporal de Frantisek Kupka, realizada con sus fondos), el CAC, La Térmica y hasta la futura sede del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo como evidencias de que Málaga "es una ciudad a la que le gusta experimentar, producir contenidos nuevos e interesantes y abrir caminos". Pero las mayores novedades, y las más suculentas, vinieron cuando Seban habló al fin de contenidos: si bien las dos exposiciones temporales que se renovarán cada año atenderán especialmente a la creación "del siglo XXI", la colección permanente, que contará finalmente con más de 80 obras, y en cuyo diseño han participado la directora adjunta del Pompidou, Brigitte Léal, y el director de la Fundación Picasso Casa Natal, José María Luna, servirá en bandeja "una representación de la colección del Pompidou, que abarca desde 1905 hasta nuestros días". Y aquí es donde el asunto se pone prometedor: la colección (que Seban definió como "semipermanente", ya que "nuestros fondos están en permanente cambio") se distribuirá en cinco recorridos (Metamorfosis, El cuerpo en pedazos, El cuerpo político, Autorretratos, El hombre sin rostro) con obras de Pablo Picasso (El sombrero de flores, 1940), Francis Bacon (Autorretrato, 1971), Frida Kahlo (El marco, 1938: la única pieza de la mexicana que forma parte de una colección pública en Europa), Max Ernst (El imbecil), Alberto Giacometti (Mujer desnuda de pie, 1954), Magritte (La violación, 1945), Julio Rodríguez, Alexander Calder, Fernand Léger, Annette Messager, Marc Chagall y Brancusi (con un taller especial para jóvenes) además de otras luminarias del siglo XX.

A semejante menú se une un proyecto de vídeodanza y diversas infraestructuras cuya definición sigue aún pendiente. De la Torre arrancó ayer a Seban el compromiso de que, mientras el Centro Pompidou mantenga sus fondos en Málaga, no se abrirá otro Pompidou en España. Lo que seguirá a partir de ahora es una carrera de vértigo para tener el centro abierto antes de las municipales: de entrada, el alcalde señaló ayer que el permiso temporal para iniciar las obras (legalmente, eso sí) de reforma del Cubo del Puerto mientras culmina el traslado de titularidad de la Autoridad Portuaria, tras el desafortunado amago en agosto finalmente truncado el día 20, llegaría "hoy o mañana" (por ayer u hoy). Ni los vecinos más veteranos recuerdan un proyecto convocado para tan corto plazo. Cosas de la política, es de entender.

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