Cultura

Cayetano Rivera sale a hombros en una tarde de desastre ganadero

  • Condenado a banderillas negras un toro de la ganadería de Gavira, hierro que remendó la anunciada corrida de María José Barral · El Fandi dio una vuelta al ruedo y Rivera Ordóñez se va de vacío

Cayetano ha abierto la puerta grande en un festejo que ha resultado un verdadero fiasco ganadero tanto en presentación como en juego y es que lo de la plaza de El Puerto ya está clamando al cielo.

Otra corrida remendada y otro desastre con el público enfadado, porque esto no lo arregla la salida a hombros de Cayetano, por lo demás justita. El público anda con la mosca detrás de la oreja. Hasta catorce toros pasaron por los corrales y solamente se pudieron salvar los que vimos ayer: ¿Cómo serían los demás?

Hay que recordar que para evitar esto está la figura de la Presidencia, para esto están los equipos gubernativos y veterinarios, que por cierto hacen muchos cursillos y seminarios, con mucho catering pero poco aprovechamiento por lo que parece.

Porque no hay que ir a muchos seminarios, para apreciar a siempre vista que a la corrida de Barral le faltaba sustancia córnea. Líbreme Dios de decir que estaba afeitada. A la presidenta le muestran un becerrón como los de ayer, oliendo a after shave y no se acuerda de lo que aprendió en los seminarios. Sin embargo, ante el enfado del respetable se apresura a sacar el pañuelo verde ante el primero, toro con cara de risa.

Y del sobrero no digo nada ¿De verdad la Presidencia considera que ese sobrero reúne las características morfológicas y zootécnicas de su prototipo racial en función de su encaste y categoría de la plaza? Porque si Ana Alonso considera que ese sobrero tiene el tipo del toro del Puerto hay que echarla urgentemente del palco.

Los toros de Barral no tenían cara ni los de Gavira presencia. El cuarto de Gavira, tan manso que huía a la parte de la plaza donde no había nadie, fue fogueado con banderillas negras. Nosotros nos hubiéramos ahorrado un mal rato, Gavira un baldón, el toro las viudas y Rivera Ordóñez bregar con un petardo así si la presidenta hubiera hecho lo que debía, rechazarlo por falta de trapío, porque no lo tenía, estaba anovillado. Habría que tener doce o trece páginas para contar los desaguisados de ayer en El Puerto: para escribir un libro. Lo siento por el público contribuyente y pagador: ¿A quién defiende la autoridad?

Rivera Ordóñez tuvo un primero rajado y un segundo manso de libro condenado a banderillas negras. Voluntarioso, no tuvo para más. El Fandi que puso a la gente en pie en banderillas, tuvo un manso y parado primero con el que nada puso hacer y otro manso, quinto, que además se defendía y quiso echarle mano. Meritorio, merecía -si la dan- una oreja como la segunda de Cayetano.

Cayetano fue el triunfador, firme con su complicadito primero y igual de capaz que el Fandi con su parado segundo que se defendía, pero él conectó más con el respetable y cobró la oreja.

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