XIv festival iberoamericano de teatro Comienza la fiesta en el Falla

El Brujo comulga con la respiración poética de Quiñones en 'El testigo'

  • El actor Rafael Álvarez y el Centro Andaluz de Teatro unen fuerzas para llevar a escena uno de los relatos del escritor gaditano durante la inauguración del festival de teatro que arranca esta noche

Que sí. Que no. El Brujo no se decidía. Francisco Ortuño le inoculaba el veneno. De la manera más rotunda, infalible. "Lee el texto". "Y entonces lo oí", pronuncia solemne el actor. Oyó a Miguel Pantalón, oyó el cante, la soleá, la seguiriya, "el espíritu de la bulería", cuenta. Lo oyó. Oyó la respiración de Fernando Quiñones eternamente latente en El testigo, uno de sus relatos del escritor chiclanero. Un relato, una respiración poética, con la que Rafael Álvarez El Brujo comulgó al instante. Una respiración, un relato, que se encargó de traducir al ritmo de la dramaturgia con el director del Centro Andaluz de Teatro para llevar a escena el montaje que esta noche abre la XIV edición del Festival Iberoamericano de Teatro.

"Es una responsabilidad muy grande. Tanto que, aunque estos días la obra se haya estrenado en Sevilla, para mí el verdadero estreno es en Cádiz", se sinceraba el intérprete cordobés que estuvo magnético, mágico y envolvente durante la rueda de prensa de presentación del espectáculo que tuvo lugar ayer en el Gran Teatro Falla. Una cita donde también acudieron el director del CAT, Francisco Ortuño, el presidente de la Fundación Fernando Quiñones e hijo del literato, Mauro Quiñones, el director del Festival Iberoamericano de Teatro, José Bablé, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cádiz, Antonio Castillo, y la delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Yolanda Peinado.

Ortuño agradeció a cada uno de los presentes su implicación en este proyecto, especialmente "a Rafael porque consigue hacer del teatro un acto vivo, pero vivo con B", dijo con intención de enfatizar el momento de "fiesta" que consigue crear el actor.

Mauro Quiñones no pudo estar más de acuerdo, y más aún, después de haber asistido al estreno sevillano de El testigo. "Apenas en los diez primeros minutos de la representación me di cuenta de que lo llevaba dentro. Mi madre y yo cruzamos las miradas y estuvimos de acuerdo. Se nos quitaron todos los miedos, y no porque no confiáramos en Rafael, más bien porque El testigo es un relato complicado, muy difícil. Pero al final su esencia ha sido captada a la perfección por El Brujo", elogió.

Nadia Consolani, viuda de Fernando Quiñones, asentía las palabras de su hijo desde su asiento. "Me ha impresionado muchísimo, es capaz de provocar sacudidas emotivas en el cuerpo. Y a mí me ocurre una cosa y es que soy hipersensible con el teatro. Si el actor no me gusta, no me siento cómoda. Pero El Brujo ha conseguido respetar el texto de Fernando a la vez de aportar su gestualidad, su sensibilidad, su propia libertad en el escenario", comentaba momentos después de la rueda de prensa.

Y es que, como expresó el propio actor, las dos patas de un trabajo actoral sólido son "estudiar el texto, no sólo leerlo" y "respetar la solemnidad, la esencia, de la que lo dotó su autor".

Un autor, Fernando Quiñones, que para El Brujo es "grandísimo" ya que tras la primera impronta de "autor realista" se esconde todo un universo "simbólico" y "profundo". "¿Sabe el escritor de esa simbología?", se pregunta el actor. "Quizás no de forma consciente", se contesta, "aunque al soltar todos esos duendes, al soltar su creatividad, quizás si lo sepa de manera inconsciente".

Así, tras el relato costumbrista de la vida y miserias del cantaor ficticio Miguel Pantalón, Rafael Álvarez observa y rescata "uno de los principios básicos de la simbología alquímica", tan del gusto del intérprete, "que no es otro que el tesoro que andamos buscando siempre está, inapreciable, ante nuestros ojos, en el camino y al lado del estiércol".

"Sí, yo creo, no, estoy seguro, de que si Fernando viviera estaría feliz con esta adaptación. Y eso me da descanso y alivio porque yo creo en los espíritus y no me gustaría que vinieran a verme para darme un coscorrón", ríe el actor.

Un mundo de espíritus, de espectros, tangibles y no tangibles que, de alguna manera, también está presente en El testigo donde el flamenco, el duende, la idea de ser poseído por los ancestros y, cómo no, la querida Caleta de Quiñones, se arremolinan en torno a la palabra del desaparecido escritor. "A las palabras -matiza El Brujo- porque cada coma, cada verbo, están ahí por algo".

El testigo también podrá verse en Chiclana y San Roque durante el mes de diciembre, en gira por Andalucía y, en enero, llegará al Teatro Infanta Isabel de Madrid.

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