Cuentos de Navidad, Noruega-Suecia-Alemania, 2009, 90 min. Dirección y guión: Bent Hamer. Fotografía: John Christian Rosenlund. Intérpretes: Trond Fausa Aurvåg, Fridtjof Såheim, Nina Anpiedresen Borud, Reidar Sørensen, Ingunn Beate Øyen. Cine: Avenida.

Después de inscribir su primera película con repercusión internacional (Kitchen stories) en la escuela del minimalismo nórdico made in Ikea y adaptar con poca empatía y demasiada pulcritud al mismísimo Bukowski en la fallida Factotum, el noruego Bent Hamer se refugia ahora en la vieja tradición del cuento navideño bienintencionado y conciliador con la inevitable coralidad narrativa de estos tiempos como estructura para sentenciar que, llegadas las fechas señaladas, todo el mundo es bueno a su manera.

Los paisajes nevados de la Noruega rural son testigos de varias historias salidas del libro de Levi Henriksen Dejad regalos suaves debajo del árbol: una pareja de amantes maduros se despide con una nueva promesa incumplida de unión definitiva; un padre separado se deshace del nuevo novio de su exmujer para visitar a sus hijos disfrazado de Papá Noel; una pareja de refugiados bosnios (¿María y José?) secuestran a un médico para que les ayude a dar a luz en una cabaña; un exfutbolista en horas bajas regresa a casa de sus ancianos padres después de muchos años ausente; y dos niños cuyas familias no celebran la Navidad coquetean inocentemente en una azotea mientras contemplan las estrellas con un telescopio. Como prólogo y epílogo que nos recuerden que, a pesar de todo, el planeta es un lugar duro y con problemas, un francotirador está a punto de disparar sobre un niño y su madre en una fábrica abandonada no se sabe bien dónde.

Hamer imprime sobre todas sus historias y sus endebles personajes, apenas apuntados superficialmente, un tono de calidez de temporada y sensiblería universal para concluir que, hasta en el rincón más frío y apartado del planeta, siempre habrá quien escuche nuestras plegarias y palie nuestras soledades mientras la aurora boreal brilla en el horizonte al son de un bonito villancico.