Cultura

Barroso, entre la ciencia y la fe

  • El pintor sanroqueño inaugura en la galería Manolo Alés de La Línea nuevos cuadros acerca de su reflexión sobre la razón y la creencia · Vírgenes conviven con astronautas con su reconocible estilo

"Ciencia y fe, es una contradicción o por el contrario se complementan o es la misma cosa", señala Pepe Barroso. Ciencia y fe es el título de la nueva exposición del pintor sanroqueño, inaugurada anoche en la galería Manolo Alés de La Línea, donde se podrá contemplar hasta el 27 de julio. "Nueva dimensión de Pepe Barroso", anuncia el escritor y periodista algecireño Juan José Téllez en el catálogo de la muestra. ¿Cuál? Hay que regresar al nombre de la colección. "Entre la ciencia y la creencia, Barroso ha entrado definitivamente en otra dimensión", reitera Téllez. Para conocerla, aprehenderla, ahí están ya los 16 cuadros del autor en los que propone su reflexión sobre una cuestión tal vez tan antigua como la propia ciencia y la propia fe.

"Quizá ahora con la madurez se trate de una reflexión más profunda", apunta Barroso. "¿Existe Dios?... Sabemos tanto de su existencia como de su no existencia, el método científico falla, y es sustituido por algo intangible como es la fe ¿Qué es la fe?... Un científico moderno diría que la fe es la epigenética, que el cerebro es moldeable, que el ADN es reversible, modificable por la 'fe' del individuo (efecto placebo)", piensa el autor, que declara: "Estoy de lado de la doctrina científica. Creer en algo sin cuestionarse por qué ya no tiene sentido".

Barroso traslada al lienzo toda esta carga intelectual y filosófica con su personal y reconocible estilo. En los cuadros, explica, se manejan todos los resortes entre la ciencia y la creencia. Es un diálogo, una confrontación, una relación, una conexión... Las vírgenes conviven con los astronautas.

Con la muestra que abrió ayer el sanroqueño recupera un camino de 2000. Entonces, también en la galería linense en la que ahora enseña sus nuevas obras, expuso La mirada del tiempo. Han pasado nueve años y Barroso vuelve a la misma temática en el mismo lugar. También lo plantea como un homenaje a Manolo Alés. "Hicimos muy buena amistad", recuerda el pintor, que informa que la serie se alimentará de más obras en el futuro, que no quiere abandonarla aún.

"Siempre me llamó la atención el planteamiento de Juan Oró, cuando afirma que en el proceso evolutivo el ser humano, quizá por miedo, evolucionó el cerebro. Esta evolución ha sido tan rápida que el cerebro humano lucha en la actualidad entre la dualidad razón-instinto ¿Somos felices? O por el contrario esta sabiduría nos permite la conciencia de lo efímero de nuestra existencia, nos hace infelices, y nos condiciona nuestras vidas por los dictados de religiones y doctrinas que a duras penas intentan justificar todo a partir de teorías creacionistas, otórgandonos a modo de recompensa final el paraíso soñado. A mi modo de entender, el verdadero paraíso está en nuestra existencia", cree Barroso.

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