No es nada raro que los conciertos de Ars Moriendi se cuenten por éxitos y en la noche del viernes esta circunstancia se volvió a repetir. El coro de cámara que dirige José Muñoz ofreció un concierto extraordinario en la Iglesia de San Francisco, que volvió a prestar su espectacular acústica a las voces del coro que testimoniaron a golpe de voces la calidad de sus intérpretes.

La iglesia de San Francisco se quedó pequeña para acoger al numeroso público que a pesar del calor quiso disfrutar de la actuación de Ars Moriendi que en un variado programa hizo repaso a lo más variopinto de la música cubana. Así, desde la música de Matamoros a Leo Brouwer, pasando por Negret fueron interpretados magistralmente por los integrantes de este coro que, para el desarrollo de este concierto, contaron con la colaboración de José Panes, Juan Antonio Ortiz y Mariano Castro en la percusión latina y que, de forma inusual, se presentaron completamente vestidos de blanco en lugar de su típica vestimenta negra, dando así un aíre más isleño a la actuación. El concierto tuvo una duración de algo más de una hora, y algunos temas fueron Son de la loma, lágrimas Negras, Dulce Embeleso.

A la finalización, los aplausos que acompañaron a cada una de las interpretaciones, se multiplicaron y obligaron a que el coro deleitara al público con un tema extra a forma de agradecimiento por la fidelidad de un público que acude fielmente a cada cita musical del coro Ars Moriendi.