Cultura

Apasionados del color

Bajo esta alusión a los tres colores básicos (o a los monocromos de Rodchenko), Birimbao reúne obras que coinciden en reflexionar sobre el color. Pérez Valencia señala la presencia del pigmento, modelada por el gesto, y a la vez, su transparencia, mostrando los rastros del proceso de la obra. En el extremo opuesto, los breves toques de una gouache de Burguillos hacen vibrar la mirada entre el rojo y el azul, mientras que la señera pieza de Salinas sugiere que el color puede condensar una geometría surgida de la luz y no de la línea.

El trabajo de Ming Yi Chou (con un juego en el centro que subraya el valor del rojo) recuerda que el color puede limitarse a teñir con elegancia el lienzo, mientras que los de Lara Barranco insisten en la densidad del pigmento que puede contrastar en ocasiones con la desnuda urdimbre del lienzo.

Interesa en la muestra la variedad de los materiales: óleo, acrílico, gouache y también témpera y cartulina. Tovar vuelve a sorprender con la fluidez de la témpera que convierte en metáfora de la pincelada el díptico donde domina el amarillo y el triptico articulado con azules. Mari Paz Pérez Ramos incrusta en un fondo negro fragmentos de cartulina que van del amarillo cadmio al rojo oscuro, logrando un obra cuya intensidad sólo se revela al espectador que poco a poco la rodea. Juan Carlos Velasco recurre a pigmentos inusuales en pintura, mercromina y azul de metileno, componiendo con ellos obras de trazos, casi líquidos, que mantienen la vivacidad (y el riesgo) del gesto del pintor.

La exposición finalmente propicia el encuentro entre dos artistas cuya amistad no deshizo el tiempo ni la distancia: una abstracción inicial de Pérez Aguilera, aún con aire experimental, cuelga junto a una de esas obras en las que José Guerrero, hacia los años 70, parecía transmutar ordenados perfiles de cerillas en la solemnidad de una arquería. Todas las obras, en suma reflexionan sobre el color. Pero quizá coincidan en algo más: señalan que el color antes que ornamento, es signo y señuelo de la pasión. Ese entusiasmo respira la muestra.

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