El Colegio de Veterinarios de Cádiz ha defendido la labor de estos profesionales como pieza clave dentro de la seguridad alimentaria. Lo ha hecho en una rueda de prensa celebrada para presentar una campaña con motivo del Día Mundial de la Seguridad Alimentaria, que tuvo lugar ayer. En la rueda de prensa, participaron el presidente de la institución, Jesús Fernández Pascual, y la delegada territorial de Salud y Familias, Isabel Paredes.

El objetivo de esta campaña, según indicó Fernández Pascual, es la reivindicación y puesta en valor del veterinario de salud pública como profesional garante de la salud alimentaria, con un papel fundamental en la vida cotidiana de la sociedad. Algo que –dijo el presidente del Colegio de Veterinarios de Cádiz– no es nuevo, pues ya en la primera Ley General de Sanidad de 1855 se contempla la veterinaria en el Consejo Nacional de Sanidad, "una importante labor de esta profesión durante tantos años para llegar a que hoy consideremos habitual consumir nuestros alimentos en condiciones inocuas. Y parte de este éxito está sustentado en la tarea continuada del veterinario de salud pública", indicó.

La delegada de Salud mostró su respaldo a esta campaña y agradeció la labor del Colegio de Veterinarios. A su juicio, la profesión de veterinario "ha sabido adaptarse a la nueva realidad y a una sociedad que demanda una buena praxis". En este sentido, resaltó la labor de estos profesionales como "garantes de la salud en el sistema sanitario público", destacando su trabajo en prevención, promoción de la salud e inspección y control.

En el acto, se puso de relieve la falta de conocimiento que la sociedad en general tiene de la profesión veterinaria, siendo vinculada mayoritariamente a la labor del veterinario clínico, dedicado a cuidar de la salud de los animales. De ahí la necesidad de llevar a cabo esta campaña divulgativa con motivo del Día Mundial de la Seguridad Alimentaria, especialmente de la labor del veterinario de salud pública, que trabaja en la prevención, promoción y protección de la salud tanto en el ámbito privado desde la formación y el asesoramiento de empresas alimentarias, como desde el ámbito público en el control y la supervisión del cumplimiento de la normativa.

También se resaltó la falta de valoración de la profesión veterinaria por parte de las administraciones públicas. Una situación que dijeron que perciben por cómo, en ocasiones, puestos de responsabilidad que pudieran ostentar estos profesionales son ocupados por ingenieros agrónomos o médicos de salud pública. Igualmente, los veterinarios que ejercen en el sector privado reclaman tanto una mayor valoración de su labor por parte de la administración pública como una relación más fluida con dicha administración.