Setenil vuelve a la normalidad este viernes tras la tromba de agua que se registró ayer por la tarde en el pueblo y que anegó calles y varias casas en la pedanía de Venta de Leche, lugar que se llevó la peor parte. Hasta 50 litros se registraron en esta zona, según cifra el Ayuntamiento, entre las cuatro y las cinco de la tarde, pedanía que está a tres kilómetros del núcleo urbano, con lo que el fuerte aguacero inundó los viales y llenó de barro calzadas y caminos.

Bomberos y operarios municipales tuvieron que actuar en varias casas de Venta de Leche que quedaron afectadas por la riada.  También un camino quedó bloqueado por el barro y los efectivos tuvieron que trabajan para restablecer el acceso. “Sobre las diez de la noche quedó prácticamente todo normalizado”, explicó esta mañana el alcalde de la localidad, Rafael Vargas, tras señalar que en el casco urbano de Setenil apenas hubo incidencias tras este aguacero.

No pasó igual el pasado mes de marzo cuando una fuerte tromba produjo una grave riada que dejó cuantiosos desperfectos que obligó a la administración local a pedir la declaración de zona catastrófica. “Estamos esperando las ayudas comprometidas y nos urge para poder pagar a las empresas que trabajaron en la riada anterior. Aquella supuso un gasto muy grande y nos urge pagarles a los proveedores”, explica el regidor setenileño.

En los últimos tiempos, Setenil ha sufrido distintas riadas, con lo que hay encima de la mesa intervenciones para paliar sus efectos. De cara al invierno, el Ayuntamiento cuenta con una subvención del Plan Invierte, por valor de 120.000 euros, que se destinarán a actuaciones en el casco urbano. “En breve empezará la adjudicación de las obras. Son puntos donde se harán mejoras”, añade Vargas.

Igualmente, el alcalde explica que hay pendiente otra actuación en la carretera que pertenece a Diputación ya que están los imbornales en la propia vía y provoca problemas cuando llueve.