El Puerto / Turismo y Patrimonio

El monasterio de la Concepción de El Puerto da a conocer los tesoros de la clausura

  • Las visitas guiadas a la iglesia de las Concepcionistas reflejan las posibilidades del patrimonio religioso y cultural para un nuevo modelo turístico  

  • El licenciado en Historia del Arte Francisco González Luque ilustró el recorrido con detalladas explicaciones

Los asistentes a la visita guiada a la iglesia del convento de la Inmaculada Concepción.

Los asistentes a la visita guiada a la iglesia del convento de la Inmaculada Concepción. / Andrés Mora

En un momento en que todo el país se encuentra en una encrucijada respecto al modelo turístico que se debe adoptar para frenar la expansión del coronavirus y a la vez mantener activo el sector, el turismo relacionado con la cultura y el patrimonio histórico aparecen como una alternativa complementaria a la tradicional industria de sol y playa.

El Puerto de Santa María tiene la suerte de contar con ambos recursos, debido a la riqueza histórica que ha ido atesorando a los largo de los siglos, y que puede llegar a conformar una verdadera industria turística apoyándose en su cultura y su patrimonio artístico. Arquitectura civil, arquitectura militar, iglesias, monasterios y casas palacio, un ensanche bodeguero, tradición literaria y creativa, tienen mucho que aportar en tiempos de "nueva normalidad". 

Este sábado se ha celebrado la primera de las visitas guiadas a la iglesia del convento de la Concepción, situado en la calle Pedro Muñoz Seca, conducida por el profesor y licenciado en Historia del Arte, Francisco González Luque. Se trata de la primera de las dos visitas guiadas que se celebrarán este mes a esta espléndida iglesia conventual, en las que se pueden conocer algunos de sus tesoros artísticos (en especial imágenes religiosas, pinturas y ornamentos), así como la propia arquitectura y el diseño del templo, con las singularidades que tiene la iglesia de un monasterio de clausura). 

Los asistentes conocieron el coro bajo y sus piezas de arte religioso. Los asistentes conocieron el coro bajo y sus piezas de arte religioso.

Los asistentes conocieron el coro bajo y sus piezas de arte religioso. / D. C.

El profesor González Luque comenzó la visita describiendo al público asistente, todos provistos de mascarillas e hidrogel, el contexto en el que la Orden de La inmaculada Concepción fundó su convento en 1518 en El Puerto, edificio del que no queda nada, pero que estuvo en la misma manzana que ocupa la actual construcción conventual, edificada a principios del siglo XVIII, tras la construcción de la iglesia en 1737. 

El historiador explicó el contexto en el que se construyó el magnífico edificio, en una gran ciudad que prosperaba y se enriquecía a través del comercio con América y donde las poderosas familias de Cargadores a Indias (algunos de cuyos integrantes están enterrados en la iglesia de la Concepción) eran benefactores de estas órdenes religiosas, a las que hacían generosas donaciones directas o a través de testamentos, que les llevó a contar con más de 37 inmuebles en la ciudad, además de tierras de cultivo que les permitía vivir de las rentas.   

Todas las propiedades de las concepcionistas, excepto el convento ni la iglesia, los perdieron con la Desamortización de Mendizábal, en el siglo XIX, tras lo cual se fue produciendo el declive del convento que había llegado a tener 52 religiosas (en la actualidad tiene siete), y cuyo patrimonio artístico ha ido recibiendo las aportaciones de piezas de devoción procedentes de los monasterios de Villamartín y Jerez de la Frontera, cerrados en el siglo XX.

También la construcción del centro de integración de Afanas derribando una de las esquinas del edificio redujo su extensión primitiva, aunque proporcionó empleo en la cocina y servicios a algunas de las religiosas.  

De los avatares vividos por la orden fundada por Santa Beatriz de Silva son testimonio los tesoros artísticos que se conservan en el coro bajo de la iglesia, al que accedían las monjas para oír misa, separadas de los seglares por dos rejas, transformado ahora en un modesto museo de arte religioso, que incluye piezas procedentes de América; y en el resto de la nave de la iglesia, con diferentes retablos adosados e imágenes realizadas por artistas como Camacho Mendoza o Ignacio López, un imaginero que vivió en El Puerto hace 300 años, reivindicado por el profesor González Luque. 

Los asistentes pudieron conocer algunas curiosidades propias de una iglesia de un convento de clausura como la cratícula (comulgatorio de las religiosas que une el coro con la iglesia), algunas imágenes del Niño Jesús, o un insólito crucificado, del que se especula que puede representar la imagen del buen ladrón. Además de una talla muy antigua, procedente de la fundación del convento, la Inmaculada Franciscana, o la imagen de San Nicolás de Bari, antecedente de Papá Noel.  

Tras visitar el imponente retablo mayor de la iglesia (obra de los Hermanos Navarro), junto al cual se encontraba hasta el año pasado la imagen de la Virgen del Carmen trasladada en 2019 a la iglesia de San Marcos, concluyó el recorrido, donde los asistentes disfrutaron de otra forma de hacer turismo, contemplando y conociendo algo más de la historia de El Puerto a través de los tesoros de este convento de clausura.

   

 

  

 

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