La Semana de la Movilidad comenzó en Cádiz, entre otras actividades, con una mesa redonda y posterior debate acerca de la movilidad en el entorno de la Bahía, un núcleo metropolitano de algo más de 800.000 habitantes cuyos desplazamientos se hacen mayoritariamente en vehículo privado y que, por tanto, necesita un replanteamiento general y coordinado que debe partir, a juicio de los asistentes ayer a la Casa de Iberoamérica, de un transporte público de calidad, con la frecuencia necesaria y con una política de precios social.

Moderada por David Cifredo, de la Plataforma Conexión Bahía, en la mesa redonda estuvieron presentes Francisco Carmona, en representación del Ayuntamiento de Puerto Real como coordinador del programa municipal Más Ciudad; Francis Posadas, concejal de Tráfico del Ayuntamiento de San Fernando; Martín Vila, concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Cádiz; Moisés Velasco, como portavoz de Conexión Bahía, y Jorge Tudó, director técnico del Consorcio Metropolitano de Transportes de la Bahía de Cádiz.

El punto de partida del debate, el título propuesto para tan amplia mesa de participantes, era ‘Movilidad metropolitana en la Bahía de Cádiz. Necesidades, retos y oportunidades’. Entre el público, una veintena de personas que tomaron también la palabra en el turno de debate para plantear, precisamente, esas inquietudes y retos que los ciudadanos reclaman de los responsables públicos de la Bahía. Significativa fue la intervención de una portavoz de la Plataforma del Río San Pedro, que reclamó un mejor servicio en el transporte público, muy deficitario en la zona, para atender tanto a la población universitaria como a los vecinos y trabajadores de este enclave puertorrealeño.

Entre las ideas que surgieron con las intervenciones de los protagonistas del debate destacó la necesidad de actuar de manera coordinada en el ámbito de la Bahía. Doce municipios con los ya citados más de 800.000 habitantes que deben afrontar de manera conjunta el reto de la movilidad y el desplazamiento de sus vecinos más allá de los meros límites urbanos. Martín Vila lanzó el dato del uso del vehículo privado en el entorno del Bahía: un 68%, una cifra que se abogó por reducir de esa manera coordinada y, sobre todo, apostando de manera decidida por una política de transporte abiertamente abocada a lo público y lo colectivo.

Aunque el consenso fue en líneas generales la tónica de la mesa redonda, hubo ligeras discrepancias en torno, por ejemplo, a la utilidad o no de los aparcamientos disuasorios o con el precio de la tarjeta de transporte colectivo, cuya valía se resaltó pero sobre la que se reclamó un precio para el usuario rebajado respecto al del billete individual.

Se reconoció que el mayor uso del coche privado en los desplazamientos por la Bahía de Cádiz viene motivado, en la mayoría de las ocasiones, por el mal funcionamiento del transporte público o por su alto precio. Los horarios y las frecuencias de paso no son muchas veces apropiados para desplazarse de una ciudad a otra, incluso con un prematuro cierre nocturno del servicio.

Sobre la mesa se expuso también la necesidad de integrar al ferrocarril en el Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz, una pata para muchos fundamental para lograr ese transporte público de calidad que permita a los ciudadanos no depender siempre de su propio coche. Y el tranvía, la eterna obra destinada a enlazar Chiclana con San Fernando, con Cádiz y con Puerto Real, a través del segundo puente, cuyo excesivo coste volvió a ser criticado en el debate.

Y todo para lograr una Bahía con menos emisiones contaminantes ahora que se reclama una urgente reducción para aliviar los efectos del cambio climático.