Alimentación

El resurgir de Sabores de Paterna

  • La empresa de Bartolo Rodríguez gana clientes y busca afianzarse en los hipermercados un año después de su polémico cierre por la Junta

Bartolo Rodrígue atiende a un cliente en su local de Sabores de Paterna.

Bartolo Rodrígue atiende a un cliente en su local de Sabores de Paterna. / Fito Carreto

Bartolo Rodríguez es un hombre templado. No hay ningún resquicio de lamento ni rencor en su voz cuando recuerda que su empresa, Sabores de Paterna, se convirtió hace justo un año en apertura de todos los telediarios después de que la Junta de Andalucía decretara su cierre al detectar una partida de carne mechada contaminada con listeria.

En medio de la histeria de la crisis sanitaria provocada por la empresa sevillana Magrudis, la administración apuntó a esta empresa radicada en la localidad de Paterna de Rivera como un nuevo foco de contagio después de que un menor fuera ingresado en Madrid tras consumir en Conil un bocadillo elaborado con productos de Sabores de Paterna. Pero el menor no tenía listeriosis, sino una simple gastroenteritis. ç

De todas las piezas analizadas tanto en los controles internos de la empresa como en los de la Junta, sólo una presentó niveles anómalos y semanas después, el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, zanjó la polémica diciendo que Sabores de Paterna “tuvo la mala suerte que le pilló en mitad de la crisis de las intoxicaciones por listeria y las cosas se magnifican de una manera exponencial”.

“Fue todo tan rápido que no da tiempo de pensar en nada. Yo tenía la tranquilidad de que nosotros habíamos hecho siempre lo que nos habían dicho”, señala Bartolo Rodríguez, que recuerda que justo la semana anterior a que saltara la alarma, la empresa había solicitado a un laboratorio independiente que auditara que estaba libre de listeria ante la magnitud de la crisis desatada por Magrudis.

“Hicimos más de 150 pruebas a partidas distintas y todas salieron bien. La única que dio problemas una pieza de la que a mí no me dejaron muestras”, explica el gerente de Sabores de Paterna, que sostiene que la administración tampoco reservó “una muestra dirimente”, sobre la que realizar análisis en caso de desacuerdo entre ambas partes. “Ellos no se aclaraban. Si estaba mal la carne mechada, que si luego fueron los chicharrones, después todo”, relata. Algunos expertos apuntaron la posibilidad de que se había producido una contaminación en el laboratorio, pero Bartolo Rodríguez prefiere pasar página y mirar al futuro.

Bartolo Rodríguez, ante el negocio de Sabores de Paterna. Bartolo Rodríguez, ante el negocio de Sabores de Paterna.

Bartolo Rodríguez, ante el negocio de Sabores de Paterna. / Fito Carreto

Sabores de Paterna recibió la autorización para reanudar su actividad a principios de noviembre del año pasado tras dos meses clausurada. En ese periodo de tiempo, la empresa reformó las instalaciones para adaptarla a la normativa, que se había modificado a raíz de la crisis sanitaria de Magrudis. “La listeria fue un antes y un después. A partir de entonces, hubo que hacer modificaciones en el suelo o instalando una cámara sólo para la curación de chorizo y otra de enfriamiento de los productos, que antes no la tenía ni yo ni nadie porque no era obligatorio”, insiste este pequeño empresario.

La cara positiva es que no sólo recuperó su cartera de clientes, entre los que se encuentran prestigiosos establecimientos de Cádiz como Casa Manteca, El Faro o La Cepa Gallega, sino que la empresa logró ampliarla. “No hay mal que por bien no venga. A raíz de la listeria, empezaron a llamarnos de toda España porque entendieron que no era justo lo que nos había pasado”, señala el propietario de Sabores de Paterna, que representa a la quinta generación de una familia dedicada a la venta de productos cárnicos desde la pequeña carnicería de Paterna donde tiene su sede la firma. Es un local modesto, pero la afluencia de clientes, algunos venidos de fuera de Paterna, es constante durante la entrevista, lo que evidencia la fama que atesora.

Sus chicharrones siguen llegando a toda Europa a través de La Cala, la empresa de productos gourmet del cocinero Albert Adriá. La empresa, que ha estado muy orientada hacia la hostelería, está diversificando sus canales de distribución con la introducción en los lineales de enseñas como Alcampo, Cash Barea en Sevilla o el Super Carmela. “Nos estamos metiendo ahí porque era un concepto que teníamos abandonado. Y nos está ayudando ahora a capear el temporal”, explica el empresario, en alusión a la crisis del coronavirus, que está impactando notablemente en el negocio de bares y restaurantes.

Sabores de Paterna cuenta con una plantilla de ocho trabajadores que ya salieron del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). “Como todo el mundo, ahora vivimos con la incertidumbre no ya de qué va a pasar dentro de tres meses, sino de mañana.Por lo pronto, todos hemos salido del ERTE con la confianza de buscar más clientes en alimentación, por lo que pueda pasar en la hostelería”, recalca.

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