Denuncian irregularidades en el funcionamiento del centro

Una batalla sindical salpica a la residencia de mayores de Benalup

  • Los representantes de los trabajadores denuncian unas deficiencias que no son compartidas por la mayoría de la plantilla, que pide que se repitan las elecciones sindicales celebradas hace apenas tres meses

  • Las quejas sindicales han desembocado en denuncias ante Inspección de Trabajo y la Junta

  • El Ayuntamiento y la empresa que gestiona el centro niegan que la atención a los usuarios se haya visto afectada

Fachada de la residencia de mayores de Benalup,  de propiedad municipal y que está abierta desde 2015.

Fachada de la residencia de mayores de Benalup, de propiedad municipal y que está abierta desde 2015. / D.C.

En la residencia de mayores de Benalup, de propiedad municipal pero gestionada por una empresa privada, está pasando una cosa curiosa: los representantes de los trabajadores, de CCOO, llevan tres meses denunciando unas supuestas irregularidades en el funcionamiento del centro que sin embargo no son compartidas por la mayoría del resto de la plantilla. La diferencia de opiniones es tal que en torno a dos tercios de la plantilla (algo más de una veintena de sus treinta y pocos empleados), ha firmado un documento en el que, impulsados por la UGT, muestran su desagrado con la actitud de sus legítimos representantes e incluso reclaman la repetición de unas elecciones sindicales apenas tres meses y medio después de que se celebraran.

Esta guerra sindical ha salpicado evidentemente a este centro de mayores, donde el ambiente de trabajo no es el más adecuado y donde, incluso, los representantes de los trabajadores aseguran que el servicio que se presta a los usuarios no es el idóneo, algo que se desmiente de manera rotunda tanto desde el Ayuntamiento como desde la empresa que lleva la gestión del centro, Aura Benalup.

Fue el pasado diciembre cuando se celebraron las elecciones sindicales en este centro de mayores. La representación sindical ganadora de los comicios, de CCOO, de acuerdo con lo prometido en campaña, empezó a denunciar irregularidades en el centro y a reclamar mejoras salariales. Denunciaban, por ejemplo, que en la residencia había cuatro trabajadoras fantasmas que no aparecían jamás por el centro, aunque cobraban del mismo; también subrayaban que esto afectaba a los turnos de trabajo; aseguraban igualmente que había empleados que tenían que hacer funciones de superior categoría sin cobrar esta responsabilidad añadida; y, sobre todo, incidían en el hecho de que el servicio que se estaba prestando en el centro empezaba a tener carencias coincidiendo con la pandemia. "Si apenas hay 11 personas trabajando en varios turnos, porque en esa residencia hay más jefes que indios, es imposible que se pueda cubrir todo correctamente y eso claro que afecta al servicio que se presta a los usuarios", afirma Antonio Aroca, representante sindical de CCOO, que lamenta que en este tema el Ayuntamiento "no mueva un dedo" y que asegura que la empresa ha iniciado una persecución sindical que ha derivado en la referida petición de revocación de las últimas elecciones sindicales.

Las reivindicaciones sindicales fueron planteadas en primer lugar a la empresa pero luego al Ayuntamiento (en un par de ocasiones) y más tarde a los partidos de la oposición, que este jueves llevarán el asunto al pleno municipal. En paralelo, estos representantes sindicales han presentado cinco denuncias ante la Inspección de Trabajo por supuestas irregularidades en materia laboral en el centro, y también otra ante la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de la Junta de Andalucía en Cádiz, para que tome cartas en el asunto.

El hecho de que la Junta no haya entrado a analizar el estado del centro es el principal argumento al que se aferran tanto el alcalde de Benalup, Antonio Cepero, como el director asistencial del grupo Aura, José Ángel Aranda, para negar con rotundidad que el centro esté prestando actualmente un mal servicio. "Si hubiera habido algo gordo, hubiéramos actuado de inmediato", asegura el regidor, mientras que el portavoz de la empresa subraya que a día de hoy "no hay ni una queja de un usuario, o de sus familiares, y ni una pega en las constantes inspecciones, ordinarias o extraordinarias, que realiza la Junta en este centro".

En su crítica a los representantes sindicales de CCOO el alcalde aprecia "cierto interés por forzar que la residencia sea municipalizada, como pasó en Conil pero que en Benalup rechazamos". Y también les afea que tras dos reuniones con él, estos sindicalistas "se negaron a acudir a un encuentro a tres bandas con la empresa".

Y desde Aura, José Ángel Aranda destaca que el centro de Benalup aceptó voluntariamente someterse a dos certificados de calidad, niega rotundamente que haya habido persecución sindical y recalca que los tres representantes de los trabajadores "sólo han buscado protagonismo y hacer daño, creando en el centro un mal ambiente que antes no existía".

La residencia de mayores de Benalup-Casas Viejas, ubicada en la calle Girasoles y de propiedad municipal, empezó a ser una realidad en el año 2007, cuando se iniciaron sus obras siendo alcalde Francisco González Cabaña. Ocho años después, en 2015, y ya con Amalia Romero en la Alcaldía, el centro entró en funcionamiento tras la firma del contrato de gestión entre el Ayuntamiento y la empresa Aura Benalup UTE, que fue la opción elegida de entre todas las que presentaron ofertas. El centro tiene capacidad para un máximo de 46 plazas, aunque actualmente, tras una pandemia en la que hubo que medicalizar las instalaciones, sólo cuenta con 32 usuarios. La mayoría de las plazas son concertadas, aunque también hay algunas de carácter privado.

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