Memoria histórica

El monolito de la discordia

  • Una pequeña escultura en recuerdo de los sucesos de Casas Viejas mantiene en permanente debate a Benalup sobre su ubicación. AXSí quiere hacer un referéndum y que decida la gente

Dos vecinos charlan ante el monolito que recuerda los sucesos de Casas Viejas

Dos vecinos charlan ante el monolito que recuerda los sucesos de Casas Viejas / Julio González

“Cuando la historia se quiere escribir desde las barras de los bares y con un calentón... Conozcamos la historia de nuestro pueblo, la de verdad, no la que cada uno se inventa (...) Y la verdad es que el pueblo brilló por su ausencia cuando se colocó el monolito”. Así se expresaba Francisco González Cabaña, alcalde de Benalup-Casas Viejas durante tres décadas en un pleno de septiembre de 2016. Y para Benalup la historia es todo porque aquí, tras los sucesos del año 33 en el que un levantamiento a destiempo acabó en masacre, cayó por primera vez Azaña. Casas Viejas es historia de España y en Casas Viejas el año 33, al menos entre algunos, nunca se ha ido.

En aquel pleno de 2016, los concejales dedicaron tres cuartos de hora a hablar del monolito. Ningún otro punto del día llevó tanto tiempo. Y puede sorprender esto cuando el asunto era dónde se coloca un monolito de unos pocos centímetros que actualmente se encuentra en las afueras del pueblo y que unos ciudadanos quieren devolver a un lugar protagonista, en la alameda, donde estuvo inicialmente.

De ahí derivó la discusión en la memoria de las víctimas, la recuperación de la historia del pueblo y de asuntos muy elevados, pero de lo que de verdad se hablaba era de eso, del monolito y si lo ponemos aquí o allá. Muestra de que el asunto está vivo es que en su programa electoral Andalucía X Sí incluyó entre sus promesas un referéndum para que la gente dijera en qué lugar del pueblo lo ponían.

El monolito no es fácil de encontrar. Te pones a dar vueltas por el pueblo buscando la plaza de los Jornaleros y te pierdes porque también hay una calle de los Jornaleros en un polígono industrial detrás de una gasolinera. No hay originalidad en el callejero. En la misma plaza de los Jornaleros, que es coqueta, a las afueras, en la parte nueva del pueblo, con un colegio, un bar y una casita en construcción, hay que fijarse mucho para ver que el monolito está ahí. Hay que querer verlo para verlo.

Consiste en una obra de hierros entrelazados. Desde luego, la esculturita firmada por Fraga de Sousa transmite confusión, y, en ese sentido, evoca bien lo que pretende. Abajo hay un pequeño azulejo de la CNT, parcialmente roto. Sobre este ornamento se producen algunas luchas encarnizadas que Salustiano Gutiérrez, que lleva un blog muy conocido en Benalup, “Desde la historia de Casas Viejas”, admite que es una polémica que va más allá del monolito. La polémica es una moción a la totalidad contra Cabaña. De Cabaña se dice que un día dijo que, mientras él fuera alcalde, el monolito nunca volvería a a la alameda. Y Cabaña se cabrea un montón porque se pregunta en qué lugar pone que él dijo eso, aunque es cierto que Cabaña está un poco harto de la polémica y tampoco le parece que el monolito esté tan mal donde está.

Pero vayamos al origen. Así lo explica Cecilio Gordillo, que estuvo presente: "El monolito se coloca una día del año 1983. Fue construido y donado por el cineasta Jorge Fraga de Sousa y fue instalado a plena luz del día y con la autorización del Ayuntamiento. Fue colocado por un maestro albañil de Jerez, Juan Conde y un metalúrgico de Sevilla, Juan Barón. Ese monolito fue el acto final de cuatro días de actividades en el 50º aniversario de los sucesos en Sevilla, Osuna, Jerez y Benalup de Sidonia, organizado por la CNT de Andalucía (Actual CGT), con participantes importantes del mundo de la cultura. Con la Guardía Civil acuartelada fuimos recibidos en el pueblo por dos personas, un testigo de los sucesos y un inberbe concejal apellidado Cabaña. Cuando José el de la Tomasa se puso a cantar las cosas cambiaron, la gente comenzó a salir de sus casas y el salón se llenó". 

Por entonces, Benalup es una pedanía de Medina. Otra gente del pueblo lo recuerda muy vagamente y, tal y como dice Gordillo, en un principio al acto fue poca gente. Como dice Cabaña, aquello no fue un acto de aclamación del pueblo. “Hay que situarse en aquel año. El hecho tiene su interés porque sería uno de los primeros actos de reivindicación de lo que hoy llamamos memoria histórica en España y ahí está su valor”, explica Salustiano.

El monolito se convierte en un elemento habitual de la alameda, situado entre los bares donde los obreros toman el desayuno antes del tajo. Con la independencia del pueblo, en 1991, se proyectan obras en la alameda. El monolito, de la noche a la mañana, desaparece y meses después aparece, deteriorado, en un almacén del constructor al que le han adjudicado la obra. Lo había quitado y lo había arrumbado ahí como si fuera un adoquín. Correría el año 93 cuando un grupo de personas del pueblo elevan la petición de que el monolito vuelva a tener un lugar. El lugar elegido es donde hoy está. Y así pasa el tiempo.

Cuando el PSOE pierde la mayoría absoluta, cuando la memoria histórica es un término conocido por todos, cuando una de las atracciones para visitar el pueblo es recordar la historia del Seisdedos, regresa la reivindicación sobre el monolito, que se convierte en una proposición por parte de Izquierda Unida. Es cuando Cabaña habla de la “historia de barra de bar” y reconoce que es un asunto que le afecta porque siente que el monolito es algo que se tira sobre su cabeza por parte de los más críticos con su larga gestión al frente del pueblo. 

El concejal de IU dice que lo único que quiere es devolver el monolito a un lugar cercano a donde se produjeron los hechos, la matanza, y no en esa parte nueva del pueblo, donde no sucedió nada porque entonces no era nada. Y donde nadie lo ve. Cabaña anuncia que votará en contra, no por el monolito, sino porque toda la moción está sustentada en un montón de mentiras sobre su persona. El PP, con un concejal que parece igualmente emocionado ante el desarrollo emotivo del pleno, dice que por qué no se paran a pensarlo entre todos y buscan un lugar que le guste a todo el mundo. La cuestión es que la moción se queda en un ya veremos. En las barras de los bares vuelve el runrún de que ya dijo Cabaña que mientras él fuera el alcalde, el monolito no iba a la alameda.

Ahora vuelve el monolito. Hay un nuevo alcalde, también del PSOE. Su nombre es Antonio Cepero. Cuando llega al puesto todos dicen que será otro títere de Cabaña, como lo fue Amalia Romero. Pero Cepero marca distancias. “Él (Cabaña) no tiene ningún tipo de influencia en el equipo de gobierno”, dice en una entrevista de Diario de Cádiz. Salustiano dice que “mucha gente está pendiente del monolito porque si el monolito vuelve a la alameda en enero, coincidiendo con el aniversario de la matanza, será porque Cabaña ha dejado de tener el control sobre el pueblo”.

En el bar de la plaza de los Jornaleros hay un buen grupo de parroquianos. Unos se meten con Cabaña y otros, más tímidamente, le defienden. Si se les pregunta por el monolito, no hablan del anarquismo ni de la matanza, sino de Cabaña, pero de lo que sobre todo hablan es de un repetidor de telefonía móvil que están levantando sobre la casita en construcción. “Eso lo mismo da cáncer -me explica un parroquiano, que me muestra su móvil- Yo ya lo he denunciado en mi facebook”.

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