Tribunales Cádiz

El juicio al Hijo de Satán arranca en la Audiencia Provincial de Cádiz

  • El fiscal pide para el supuesto líder espiritual seis años de prisión por estafar más de 450.000 euros a las personas que captaba en su secta

Carlos Javier Rojas, a su llegada a la Audiencia Provincial.

Carlos Javier Rojas, a su llegada a la Audiencia Provincial. / Lourdes de Vicente

El juicio al Hijo de Satán, acusado de estafar más de 450.000 euros a través de la captación ‘espiritual’ de personas a las que exigía elevadas cantidades de dinero para evitar que la maldición del maligno recayese sobre ellas, arranca hoy en la Audiencia Provincial de Cádiz. Carlos Javier Rojas, también procesado por vender coches de alta gama con el kilometraje trucado, rendirá cuentas ante el tribunal de la Sección Cuarta durante dos sesiones, las que en principio se han previsto para la celebración de la vista oral.

Rojas se encuentra actualmente prisión. Ya fue condenado anteriormente por la Audiencia Provincial de Cádiz a seis años de cárcel por estafar a más de una veintena de personas en torno a 400.000 euros con la compra-venta de vehículos en el concesionario que regentaba en San Fernando, Autos Desi.

En el nuevo procedimiento ahora señalado, el Hijo de Satán  se enfrenta –a petición de la Fiscalía– a otros seis años de prisión. La acusación pública procesa igualmente a la pareja de Rojas y a su socio. Pide cinco años y tres meses de cárcel para ella y cuatro para el compinche.

En sus conclusiones provisionales, el fiscal sostiene que desde mediados de 2008 y durante el año 2009, Carlos Javier Rojas mantuvo distintos contactos con terceros, sobre los que consiguió ejercer “una gran influencia”, logrando así que le entregasen importantes sumas de dinero.

Dentro de esa labor de captación llevada a cabo por el Hijo de Satán en connivencia con su pareja, ambos llegaron a instalar a algunas víctimas en su domicilio, ubicado en la calle Buitre de la urbanización Los Gallos, en Chiclana. “Allí practicaban rituales satánicos y utilizaban a tal efecto una vestimenta específica, un altar, velas, bálsamos y tridentes. En ocasiones, incluso sacrificaban animales”, apunta la Fiscalía en sus conclusiones provisionales.

Las exigencias de dinero por parte de los procesados, prosigue el fiscal, a menudo venían precedidas de la advertencia de que era el mismo Satán quien pedía dichas entregas.

Otras veces los encausados les infundían tal terror a sus víctimas “augurándoles una enfermedad o muerte seguras, una ruptura sentimental o la inminente pérdida de su empleo si no les proporcionaban las cantidades requeridas, que los captados, en el estado de sugestión en el que se encontraban, acataban las instrucciones recibidas”.

Una vez que estas personas se instalaban en la vivienda de Los Gallos, la pareja les hostigaba a permanecer en la misma “haciéndoles saber que, de lo contrario, el trabajo espiritual no se iba a poder terminar”.

Además de lo anterior, el autoproclamado líder de la secta satánica se sienta en el banquillo  junto a su socio M.A.V.A. por ofertar vehículos de alta gama en internet, exigir una señal a los compradores para su entrega y traer coches desde Alemania para su posterior venta no si antes manipular el kilometraje, “haciendo constar uno notablemente inferior y obtener así una ganancia considerable”, señala la Fiscalía en su escrito de acusación. Cuando el Hijo de Satán fue detenido el 4 de octubre de 2009, conducía un Mercedes Clase E también con el kilometraje manipulado.

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