Juicio por el crimen del Churrero

“La mujer tenía una pelota metida en la boca y la cara totalmente reventada”

  • Agentes de la Guardia Civil que acudieron al domicilio del matrimonio la mañana después de los hechos explican que en la casa había abundante sangre y mucho desorden

Un acusado antes de entrar a juicio el pasado lunes.

Un acusado antes de entrar a juicio el pasado lunes. / Joaquín Hernández 'Kiki'

Importante ejercicio de memoria tuvieron que hacer ayer varios agentes de la Guardia Civil que acudieron a la Audiencia Provincial de Cádiz para declarar como testigos por el crimen del Churrero, un trágico suceso acaecido en el término municipal de Chiclana hace más de 15 años. Algunos de los agentes que prestaron testimonio ni siquiera seguían en activo, lo que da cuenta del tiempo transcurrido.

Varios guardias civiles que fueron al domicilio de los ancianos asaltados la mañana después de lo sucedido coincidieron en apuntar que la casa estaba muy desordenada, “como si hubiesen estado buscando algo”. “También había abundante sangre, sobre todo en los dormitorios y en el patio”, recordó uno de los intervinientes.

Otro agente, el instructor de las diligencias realizadas en 2004, señaló que cuando accedió a la vivienda del matrimonio chiclanero, “el fallecido estaba maniatado” y “la señora, muy malherida y en estado de shock. Ella nos dijo que los ladrones no eran de esta zona, que se les notaba en la forma de hablar”.

Un guardia civil que prestó apoyo al instructor indicó al tribunal que “la mujer tenía una pelota metida en la boca y toda la cara reventada. Él, subrayó, tenía las manos atadas con la cinta de la cortina. Sus lesiones eran muy aparatosas, sobre todo, las del ojo y la oreja”.

Asimismo, los guardias civiles afirmaron que en uno de los dormitorios de la vivienda había una caja fuerte empotrada en la pared y que los asaltantes habían tirado al suelo el cuadro que la ocultaba. No obstante, aseveraron, “la caja estaba cerrada. Ni siquiera estaba forzada. Esa caja fuerte la abrimos nosotros posteriormente. Dentro había documentación y unos 10.000 euros”, concluyó su declaración uno de los agentes.

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