Juicio por el crimen del Churrero

"A mi madre le llegaban los cortes de la cabeza hasta el hueso"

  • José Manuel Romero, hijo del matrimonio de ancianos brutalmente apaleado en su casa durante un robo, declara que vio a los procesados en Chiclana el día antes del crimen

José Manuel Romero, hijo de Antonio Romero y Manuela Núñez, el matrimonio de Chiclana que recibió una brutal paliza durante el asalto a su vivienda en 2004, ha relatado este miércoles en el juicio cómo se encontró a sus padres la mañana después de lo sucedido. 

"Mi padre estaba maniatado y frío, frío, frío. ¡Estaba muerto! A mi madre le llegaban los cortes de la cabeza hasta el hueso. Tenía un reguero de sangre tras de sí. Se arrastró, como pudo, desde su habitación hasta el cuarto de baño, donde la encontré. Tenía una mordaza en la boca", detalló durante su declaración.

Asimismo, José Manuel afirmó que el día antes del crimen vio a los acusados hasta en dos ocasiones en Chiclana. "La primera vez me los encontré sobre las cuatro de la tarde en la casa del vecino de mis padres. Después, los volví a ver sobre la una de la madrugada en el callejón San Diego".

A pesar del tiempo transcurrido, más de 15 años, José Manuel aseveró que las personas que estaban sentadas este miércoles en el banquillo de los acusados eran las mismas que rondaron el domicilio de sus padres el 22 de septiembre de 2004. 

Durante la tercera sesión del juicio por el crimen del Churrero también testificó una mujer, R., que era socia de Antonio Romero en el negocio de la venta de chatarra. Y es que Antonio era muy conocido en su ciudad por su profesión de churrero, si bien ya hacía varios años que había abandonado esta actividad y se dedicaba a la chatarrería.

La mujer manifestó que la mañana antes del crimen, Antonio y ella se desplazaron hasta Sevilla para vender chatarra. “Esa mañana sacamos en torno a 5.000 euros y nos repartimos unos 2.500 euros cada uno”.

A preguntas de fiscal, R. comentó que ese día no vio “nada raro” en la chatarrería. Igualmente subrayó que “Antonio no era un hombre que fuese por ahí alardeando de dinero. Es más, se llevaba bien con todo el mundo”.

"¿Chiclana? Ni me suena"

Otro testigo que prestó declaración este miércoles en la vista oral fue Senjur, el cuarto implicado en el crimen del Churrero y que a la fecha de los hechos contaba con 16 años de edad. Senjur, que hoy tiene 31, ofreció su testimonio a través de videoconferencia desde un centro penitenciario de Portugal, donde se encuentra interno por otra causa.

Senjur explicó al tribunal que conocía a dos de los acusados en este caso: a Enver B., porque era su tío, y a Adrijam S., con el que llegó a convivir en el mismo domicilio en Dos Hermanas. Sobre Faruko M., el tercer procesado, dijo no saber quién era.

Interrogado por el asalto a la vivienda del matrimonio chiclanero en 2004, negó rotundamente su participación en estos hechos. “¿Chiclana? Ni me suena esa ciudad”.

Senjur también exculpó a su tío Enver aduciendo que éste jamás había perpetrado robo alguno, mientras que a Adrijam sí lo señaló. “Yo sabía que su medio de vida era robar casas”, precisó.

Una vez que finalizó la vista oral, se vivieron momentos de tensión entre los familiares del matrimonio fallecido –que estaban dentro de la sala– y los acusados. A gritos de “asesinos, asesinos”, los hijos de Antonio Romero y Manuela Núñez se vieron desbordados por la presión de estar a pocos metros de los tres hombres que esta semana están siendo juzgados por asesinar a su padre y por asestar una brutal paliza a su madre cuando ambos tenían cerca de 80 años.

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