El próximo 22 de septiembre está previsto que se celebre en la Audiencia Provincial de Cádiz el juicio a una indigente acusada de intentar asesinar a su ex pareja, otro sin techo, en la céntrica plaza del Rey de San Fernando tras prenderle fuego con una pastilla de carbón al edredón con el que se cubría para pasar la noche. 

La mujer, que estuvo en prisión provisional ocho meses por esta causa, se enfrenta a siete años y seis meses de cárcel a petición de la Fiscalía de Cádiz, que la considera responsable de un delito de asesinato en grado de tentativa en el que concurre la agravante de parentesco.

Tal y como recoge el escrito de calificación provisional del fiscal, la procesada mantuvo una relación sentimental con un hombre con el que pernoctaba en la zona del parque Almirante Lauhlé, en San Fernando. Días antes de que sucedieran los hechos que ahora se juzgan, tuvieron una discusión y pusieron fin a la relación.

El día 12 de febrero de 2019, sobre las 23:30 horas, la encausada acudió a la plaza del Rey, también en San Fernando. Allí estaba durmiendo su ya ex pareja sobre un banco. Según la Fiscalía, la mujer aprovechó que el hombre estaba envuelto en un edredón nórdico y que había consumido bebidas alcohólicas para prenderle fuego con un mechero a una pastilla de carbón y colocarla sobre dicho cobertor. Acto seguido, se marchó de lugar. 

A consecuencia de estos hechos, prosigue la acusación pública, el fuego se propagó y el perjudicado sufrió lesiones consistentes en quemaduras por llama en la espalda y flanco izquierdo; quemaduras dérmicas profundas (de segundo y tercer grado) y, en su mayor extensión, subdérmicas (en un 17/18% de su superficie corporal). 

La víctima precisó de una primera asistencia médica de tratamiento quirúrgico consistente en escarectomía con reserva de homoinjerto, cobertura definitiva, desbridamiento, tratamiento farmacológico y curas ambulatorias y domiciliarias. 

La calificación fiscal precisa que el hombre tardó 105 en curar, de los cuales 82 tuvo un perjuicio personal de pérdida temporal de la calidad de vida moderada y 23, de calidad de vida grave. Le quedaron como secuelas lesiones cicatriciales en la espalda y flanco izquierdo, limitación de la movilidad y lesión discrómica en ambos muslos y en la parte posterior de la pierna derecha. El perjudicado reclamaba por ello, si bien falleció el 30 de abril de 2020.

La acusada ha estado privada de libertad por este procedimiento penal desde el 14 de febrero de 2019 hasta el 22 de octubre de ese mismo año.