Provincia de Cádiz

La imprescindible ayuda de los amantes de los animales

  • La Fundación San Antón trabaja codo con codo con el Centro de Animales Abandonados y Perdidos de Villlamartín desde hace 15 años

  • Kitty y Stefan son voluntarios alemanes que vienen desde su país dos veces al año

Saskia Rinia Van Nauta, presidenta de la Fundación San Antón.

Saskia Rinia Van Nauta, presidenta de la Fundación San Antón. / Ramón Aguilar

Saskia Rinia Van Nauta es una ciudadana holandesa afincada en Villamartín desde hace 15 años. Unos años antes ya se interesó por la labor del Centro de Animales Abandonados y Perdidos de Villamartín, pero hace tres lustros puso en marcha la Fundación San Antón, para rescatar a canes sin hogar. "Mi labor es cuidar a los perros que vienen heridos o con signos de maltrato y buscarles una familia".

Esta tarea no es fácil, reconoce Saskia, quien dice que en su país "no hay perros abandonados, están en casas y muy bien cuidados. Aquí hay otra educación, otro pensamiento respecto a los animales muy diferente al nuestro". No obstante, esto no es óbice para seguir luchando. "Le echo unas 12 horas al día, es algo vocacional. Esto es como todo: un perro guapo sale más rápido que uno feo y depende también de su carácter: si un perro está asustado es más difícil encontrar a una familia que esté dispuesta a trabajar profundamente para cambiar sus sentimientos".

Por ello está en contra de que sean considerados como un regalo de Reyes o cumpleaños. "En mi país los perros son responsabilidad de los padres, nunca de los niños".

Por su parte, Kitty y Stefan son una pareja alemana que desde hace tres años colabora con el Centro de Animales Abandonados y Perdidos de Villamartín. Vienen dos veces al año, se quedan una semana o diez días y en este tiempo trabajan con los perros asustados, recogen heces, limpian, les dan de comer... hacen de todo. Incluso han adoptado dos perros de este refugio y hacen de familia temporal de canes, antes de que otras familias los acojan para siempre.

Stefan y Kitty. Stefan y Kitty.

Stefan y Kitty. / Ramón Aguilar

Ellos, que son miembros de la Fundación Galgo Hilfe, la más grande que existe en Alemania para adoptar perros de esta raza, se llevan animales desde Villamartín para que encuentren un hogar allí. Los animales están controlados a través de un chip para saber de dónde salen, adónde se dirigen, quién se los queda, sus controles sanitarios, etc. 

Además de la encomiable labor de estas fundaciones, el centro cuenta con la ayuda de voluntarios que llegan desde distintas partes del mundo para conocer a los canes, cuidar de ellos y tratar de encontrarles un dueño que les quiera y les cuide hasta el resto de sus días. 

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