Enfoque de Domingo

Patricia Mateos, vigilante de la playa: “Ha sido el trabajo más duro de mi vida”

Imagen de los vigilantes de las playas de Chipiona.

Imagen de los vigilantes de las playas de Chipiona.

Patricia Mateos, una jerezana de 43 años en paro desde noviembre de 2019, consiguió hacerse con una plaza de vigilante de playa este verano, un puesto creado por la Junta de Andalucía con motivo de la pandemia del Covid-19 para velar por el cumplimiento de las nuevas normas establecidas en el litoral con el propósito de evitar la propagación del virus durante el periodo estival. Patricia, que ha recalado en las playas de Chipiona, asegura que ha sido “el trabajo más duro de mi vida”. "En estos meses de verano he recorrido más de 800 kilómetros en total. Han sido muchas horas bajo el sol, con un calor tremendo, sobre todo en julio", resume.

Preguntada por la actitud de los veraneantes, la jerezana explica que "al principio mostraban cierta desconfianza hacia nosotros, incluso se vivieron momentos de tensión por la negativa de algunos a acatar las normas". Sin embargo, añade, con el paso de los días los bañistas fueron asumiendo las nuevas obligaciones que debían asumir si querían pasar un buen día de playa. "En general, las personas tenían una actitud muy colaboradora. Agradecían nuestras advertencias e incluso nos avisaban si se estaba cometiendo alguna infracción por parte de algún usuario".

En términos globales, Patricia afirma que los bañistas del litoral chipionero, que se extiende a lo largo de 14 kilómetros, han cumplido con la 'nueva normalidad' veraniega. "Es verdad que cuando se estableció la obligatoriedad de llevar la mascarilla durante los paseos por la playa a mediados de julio tuvimos que hacer más hincapié pero, insisto, la gente ha sido muy cooperadora".

En cuanto a las infracciones más comunes que se han dado, la ya ex vigilante señala varias como permanecer sentado en la orilla o en los seis metros siguientes a la lámina de agua, jugar con pelotas, llevar animales o no usar la mascarilla.

Patricia comenta que su experiencia laboral en este verano tan atípico ha sido "muy positiva". "Los 38 miembros del equipo de vigilantes de Chipiona –que aparecen en la fotografía que acompaña esta información el día de su despedida– hemos conectado genial. Además, la Policía Local estaba en contacto permanente con nosotros por si teníamos alguna duda. Nos han ofrecido mucha cobertura. De igual forma, nosotros hemos sido sus ojos en la playa, así que el apoyo ha sido mutuo".

La jerezana considera que este verano ha modificado algunas conductas, al menos en el litoral chipionero. "Se ha ido más a la playa de lunes a jueves. Los fines de semana también había gente, pero se ha notado que muchos bañistas optaban por no acudir los días que preveían que iba a haber más gente", apostilla.

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