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Recuperar como nunca antes

  • Veintinco centros de la provincia acogen durante el mes de julio el Programa de Refuerzo Estival

  • La iniciativa trabaja con el alumnado competencias básicas a través de metodologías innovadoras

Una de las dos piscinas con las que cuenta el CEIP Maestra Caridad Ruiz de La Algaida.

Una de las dos piscinas con las que cuenta el CEIP Maestra Caridad Ruiz de La Algaida. / D.C.

Tienes que recuperar. Las asignaturas, el tiempo perdido, el ritmo esperado. Tus neuronas. Con esos apuntes arrugados y los libros de puntas dobladas.En el sopor del verano. La escena es tan plúmbea que estoy convencida de que es lo que anima (animó)a muchos a intentar llegar a junio libres de carga. Y la escena es, también, todo menos motivadora.

Ahora, tienes que recuperar. En el colegio –no mejora mucho–. Con tus profesores pero no haciendo exactamente de tus profesores; trabajando en un temario que tampoco es exactamente el temario. Bueno. Y, si tienes mucha suerte, con el bonus-track de la piscina. Los alumnos del CEIP Maestra Caridad Ruiz de La Algaida, en Sanlúcar, tienen mucha suerte.

El centro acoge a unos 600 alumnos de Infantil a Primaria, con tres líneas desde los tres años hasta los once. Tiene, además, una motivación especial en verano con la forma de dos piscinas: “Son muchos los que quieren venir a refuerzo por esto, pero nosotros lo que insistimos es en abrir el programa de recuperación a aquellos que más lo necesitan”, comenta su director, Diego Castro. El responsable se refiere al Programa Educativo de Refuerzo Estival: una iniciativa puesta en marcha hace tres años desde la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía con el objetivo de promover el “éxito educativo” con “una alternativa pública y gratuita”. Así, en esta edición, 25 colegios e institutos de la provincia se han apuntado a la convocatoria, con una implicación de 137 docentes. Entre ellos, hay tres centros acogidos al Programa de Refuerzo Estival que han contratado a PTIS (personal técnico de integración social), para dar respuesta alumnos con necesidades especiales.

El programa, que se ha desarrollado a lo largo del mes de julio, está destinado a alumnado de Educación Primaria y de 1º y 2º de ESO en centros sostenidos con fondos públicos que presente dificultad para superar los objetivos del curso y, por tanto, necesite refuerzo, especialmente en Lengua Española, Matemáticas e Inglés.

Este año, en la provincia, han sido un total de 1204 alumnos los que se han apuntado al programa, que ha ayudado a lo largo de sus tres ediciones a 3525 estudiantes gaditanos. Es un esfuerzo necesario: en 2020, según datos de la EPA, Andalucía era la comunidad con cifras más altas de abandono escolar –si exceptuamos las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla–, que llegaba al 21,8%: 5,8 puntos más que la media nacional.

Los talleres se reparten entre Lengua, Matemáticas, Inglés y Educación Física

“Este año, nosotros hemos tenido a 152 alumnos repartidos en once grupos –comenta Diego Castro–. Las familias pueden pedir quincenas o el mes completo. Es un proyecto fantástico por lo que nos permite de trabajo con los alumnos, aunque sean unas horas que están gratificadas”.

La experiencia del Caridad Ruiz comenzó el año pasado, con las restricciones del confinamiento recién terminadas:“Vimos que la pandemia había ocasionado mucho daño a muchos alumnos porque, aunque todos nos esforzamos muchísimo en el tema telemático, es muy distinto –desarrolla el director–. La pandemia nos ha afectado a todos pero, especialmente, a los eslabones más débiles: en este caso, a los alumnos con un escenario más difícil. La dedicación de sus padres, que no pueden atenderlos porque no pueden o porque no saben, será siempre menor a la que les puedan dedicar en entornos más favorecidos. Así que –añade– decidimos dar el salto y desarrollar el programa que, claro, tuvimos que organizar en grupos burbuja antes de que todo el mundo empezara a hablar de grupos burbuja, en septiembre”.

La finalidad del programa, que utiliza metodologías innovadoras, es la mejora de las habilidades y actitudes asociadas a la lectura, al razonamiento matemático y lógica matemática, a la adquisición de destrezas lingüística(comprensión y expresión oral) y a la lengua inglesa combinada con la práctica deportiva, los hábitos saludables y las actividades de ocio.

Está enfocado a modo de talleres –desarrolla Diego Castro–. Aunque desde Educación facilitan manuales, las líneas de trabajo permiten gran flexibilidad, con formas distintas, más dinámicas, de abordar los conocimientos. No se centra tanto en el contenido como en actividades para poner en juego lo que se haya aprendido, con actividades más competenciales”.

Es la tercera edición de la propuesta desarrollada desde la Consejería de Educación

En Inglés, “escuchan canciones, ven películas”. Y en Lengua trabajan mucho, por ejemplo, la cuestión de hablar en público. Quién lo diría, en la generación de los podcasts, Youtube y TikTok:“Sí, sí , pero luego en los famosos PISA, uno de los lastres permanentes es la dificultad que tienen nuestros alumnos para hablar en público, cosa que luego pesa a la hora de presentarse a un trabajo o sacar una oposición –prosigue Castro–. Por eso, una de las cosas que hacemos en este mes en el colegio es expresar en público el trabajo que están realizando”.

También, apunta, hay un taller de media hora “para trabajar un poco las emociones. Estar aquí no es un castigo –continúa–, de hecho, nosotros los vemos como una oportunidad que no todo el mundo puede tener. Son chavales a los que hay que escuchar porque lo han pasado mal, e intentamos hablar de lo que les preocupa. Aquí tenemos, además, mucha gente que se dedica al campo que necesita una opción como esta como ayuda a la conciliación”.

Según el director del CEIP Maestra Caridad Ruiz, el porcentaje de éxito del Programa de Refuerzo Estival en el centro es de un 80% “de mejora en las dificultades que presentan los alumnos. De hecho, en los alumnos de otros centros que nos llegan –prosigue–, nos comentan lo rápido que han recuperado las dificultades que tenían”.

Para Diego Castro, una de las claves es la motivación:“Sin ella, no hay aprendizaje real –indica–. Y, con este tipo de actividades, se les quedan mejor las cosas que en una organización más formal y estructurada”. También está el profesorado, “que muchos conocen de ver todos los días, e incluso intentamos que sean los tutores quienes atiendan a sus alumnos. Además, en el centro hemos desarrollado una comunidad de aprendizaje que convoca en total a más de 300 padres a lo largo del año, así que existe una confianza mutua entre familia y profesorado y, cuando se desarrolla un proyecto, las familias se involucran. De hecho, vienen muchos profesores de fuera para conocer lo que estamos haciendo”, apunta.

Uno de los fallos del sistema, para el director, está en la famosa ratio: “Nunca la tendremos, pero deberíamos estar en una ratio de veinte, sobre todo en los centros de áreas más desvaforecidas. Ahora mismo, estamos en 25-28”. También, la presión del examen, “un ejercicio que es necesario, pero en el que recae todo el aprendizaje cuando hay que valorar muchas facetas: actitud, comportamiento, entrega, esfuerzo, al igual que las producciones que se vayan realizando durante el curso”.

El Programa de Refuerzo Estival ha terminado convirtiéndose para el colegio, de hecho, en un extra: “Los beneficios que reporta al centro en general, y a las familias, en particular, son enormes”, reflexiona Diego Castro, que piensa que aún es posible mejorar la captación del sistema: “Estamos hablando de un porcentaje alto de implicación –estima–, pero hay algunos alumnos con los que no hemos sido capaces de contactar, y luego recibimos demandas de familias que lo mismo no deberían incluirse. El programa debe mejorar un poco, es algo precipitado a nivel de plazos, y esperemos que las propuestas de mejora se tengan en cuenta de cara al curso que viene. Nuestra intención, desde luego, es seguir desarrollándolo porque encontramos que es una iniciativa fundamental”.

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